Managua (EFE).- Más de 30 personas fueron detenidas por la Policía de sandinista, la mayoría de forma temporal, durante una redada contra opositores realizada el sábado 26 de septiembre en diferentes zonas del país.
La mayoría de los detenidos eran miembros del conglomerado de organizaciones opositoras Coalición Nacional, que reúne a cuatro partidos políticos y tres movimientos disidentes, que el presidente Daniel Ortega señala de “golpistas”.
“Hoy se ha reportado una grave situación de asedio, intimidación, persecución y detenciones arbitrarias, por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, contra miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, en diferentes puntos del país”, denunció públicamente el dirigente juvenil de la organización, Max Jerez, a quien la Policía sandinista detuvo por al menos una ahora.
Entre los dirigentes de la Coalición Nacional que fueron detenidos temporalmente estaban el director ejecutivo de la Alianza Cívica, Juan Sebastián Chamorro, el dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco, Félix Maradiaga, el líder del Movimiento Campesino, Medardo Mairena, el presidente del Partido Restauración Democrática (PRD), Saturnino Cerrato, y el presidente de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), Luis Fley.
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Este grupo fue detenido a unos 60 kilómetros al sur de Managua, al salir de una reunión entre representantes de la disidencia, misma que la Policía había intentado boicotear en las primeras horas del día, al sitiar el lugar original del encuentro, según confirmó la Alianza Cívica.
Las detenciones y asedio policial ocurrieron en los departamentos de Carazo, Granada, Managua, Rivas y Chinandega; también en Matagalpa, Nueva Segovia, y Somoto; así como en Juigalpa y Nueva Guinea, de acuerdo con diversos reportes de organizaciones opositoras.
Esta es la mayor redada contra opositores realizada por la Policía desde julio pasado, conforme los datos del grupo Monitoreo Azul y Blanco, que registra las incidencias relacionadas con la crisis en Nicaragua.
Hasta mediados de esta semana el número de «presos políticos» en Nicaragua ascendía a 104, de los cuales, 94 fueron arrestados o recapturados en los últimos dos años, según Monitoreo Azul y Blanco.
El conflicto nicaragüense, que inició con protestas masivas contra la dictadura de Ortega en abril de 2018, que fueron doblegadas con ataques armados de las fuerzas gubernamentales, ha dejado cientos de muertos, presos o desaparecidos.
Datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) indican que al menos 328 personas murieron como producto de los ataques gubernamentales, mientras que organismos locales elevan la cifra a 684 víctimas y el régimen reconoce 200 muertos, y sostiene que se defendió de un “golpe de Estado fallido”.
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