La salida de Luis Ángel Montenegro Padilla, como titular de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), es el resultado de una gestión mediocre mostrada por su incapacidad de manejar el buen uso de los recursos hídricos y más bien hacer negocios con ellos.
“Lo que pienso respecto a la destitución de Montenegro en ANA es que el adagio de que ‘lo que mal comienza, mal acaba’, se cumplió literalmente”, dijo la expresidenta Ejecutiva de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), Ruth Selma Herrera.
“El daño al país, al bosque, a las fuentes de agua, es gravísimo y encima cobró cada mes por lo que no hizo. Sinceramente no tienen perdón”, añadió directa Herrera.
La exdirectiva de Enacal, dijo que Montenegro nunca tuvo las características profesionales, actitud de defensor de los recursos hídricos o compromiso público con el medio ambiente, como para pensar que desarrollaría una buena labor desde una institución como ANA, recién creada cuando se le nombró, pero con unas competencias tan importantes.
“Obviamente la camisa le quedó inmensa, nunca comprendió las dimensiones de la responsabilidad que tomó, es más, creo que nunca entendió la letra y alcances de la Ley General de Aguas Nacionales, Ley 620”, afirmó Herrera, directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Asociativo (Ideas).
Recordó que esa ley fue hecha desde la calle en 2003, por un movimiento social que destacó en la lucha contra la privatización del agua, La Red Nacional de Defensa de los Consumidores.
La destitución
El dictador Daniel Ortega destituyó del cargo de director de ANA, a Montenegro por presuntos actos de corrupción. Actualmente se realiza una auditoría en ANA, cuyos resultados difícilmente se conozcan en detalle, pero que abrirán a los que la hacen, las dimensiones de los malos manejos del destituido funcionario. Montenegro Padilla, es hijo del excontralor Luis Ángel Montenegro Espinoza (LAME), quien luego fue nombrado superintendente de Bancos.
Montenegro Padilla fue nombrado por la aplanadora sandinista en junio de 2010 y desde entonces empezó a hacer negocios con los recursos hídricos. Su mejor aliado para eso: Quenca Consulting Group S.A.
La destitución de Montenegro se oficializó con la publicación del Decreto Presidencial 21-2020, del pasado 1 de septiembre, cuando Ortega nombró en el cargo de manera interina a Rodolfo Lacayo Ubau, de conformidad con la Ley 620, Ley General de Aguas Nacionales, que le permite ubicar a una persona en esa posición y bajo su supervisión directa, mientras la Asamblea Nacional, no elija al sustituto.
Lacayo es casado con Iviss Onelia Avilés, sobrina del sancionado Julio César Avilés, jefe del Ejército sandinista, y ocupa el cargo de directora de Fiscalización en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
“El fracaso de Montenegro es el de los que lo nombraron”
La exdirectora de Enacal, estimó que su fracaso es el fracaso de quienes lo seleccionaron como propuesta y de quienes lo aprobaron en la Asamblea Nacional.
“También de quienes le inflaron el ego de forma deliberada, atribuyéndole cualidades de las que carecía. Cuando observé la publicación de la Ley de Aguas con su foto en la portada, no pude evitar reconocer el gran vacío que traía por dentro”, dijo Herrera.
Todo ello tiene que ver, a su juicio, con un gestión mediocre de 10 años. Para dar fuerza a sus palabras Herrera dice que existen muchas disposiciones relevantes de la Ley de Aguas que fueron ignoradas por él y sus protectores en esta década.
“Por citar un ejemplo fue incapaz de formular y someter a la Asamblea Nacional la Ley de Cánones (art. 88- al 92 Ley de Aguas), mediante la cual se empezaría a cobrar, finalmente, el agua a los agroexportadores, grandes fincas ganaderas y agrícolas industria turística, pozos privados y a los embotelladores que pagan una limosna en vez de un canon”.
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En fin, dijo Herrera, en 10 años tampoco elaboró desde du alto cargo en ANA el Plan Nacional de Recursos Hídricos (nacional y por cuencas), ni un balance hídrico por cuencas y proponer junto a Marena, la Ley para pagar los Servicios Ambientales (art. 93 al 95). Desarrollar con los cánones la investigación científica y desarrollo tecnológico, ni la declaratoria de zonas de alto riesgo por inundaciones, y menos aún impulsar la mejoría del servicio de agua donde este servicio en insuficiente o inexistente (art. 71 ley 620).
Además, la directora de Ideas, recordó que Montenegro se dedicó a ratificar y entregar nuevas concesiones a los privados que usan y derrochan grandes volúmenes de agua por la que no pagan. De igual forma ignoró que al lado de muchas fuentes concesionadas, quedaron comunidades sin acceso a agua segura o continua.
Incontables los daños del ambicioso Montenegro
Cerró los ojos ante la tala inmisericorde que agudizara la sed de municipios enteros, como ya sucede en Ocotal, Somoto, Mozonte y otros.
“Su miopía solo lo llevo a exigir caros y condicionados estudios de factibilidad a quienes querían mas pozos privados y de forma complaciente (no lo denunciaron), pagaron los caprichos del novato y ambicioso funcionario”, dijo Herrera.
¿Quién le pedirá cuentas a Montenegro, por la parte de le corresponda, al no haber cumplido las competencias de esta importante Ley de Aguas? “Sinceramente no tiene perdón”, insistió Herrera.
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