Managua, 25 ago (EFE).- El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, el embajador Michael Kozak, alertó este martes sobre la situación de la oposición y de los defensores de derechos humanos bajo el Gobierno que preside en Nicaragua el sandinista Daniel Ortega.
«Desde el inicio de la represión en Nicaragua todos los que se pronuncian contra la violencia, opresión y ataques contra los derechos humanos ponen en riesgo sus vidas», señaló el diplomático en un tuit enviado por la embajada estadounidense en Managua.
El 18 de abril de 2018 estallaron en Nicaragua unas manifestaciones contra las reformas de la Seguridad Social que se tornaron en una protesta contra el Gobierno de Ortega, que dejó 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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Organizaciones locales de derechos humanos elevan esa cifra a 684, mientras que el Gobierno reconoce 200 fallecidos y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.
Según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), adscrito a la CIDH, el mayor responsable de la violencia es el Gobierno.
Para Kozak, Nicaragua es «un país asediado», con más de 320 personas asesinadas y miles de heridos desde abril de 2018, y con más de 80,000 nicaragüenses que se han visto obligados a huir al país vecino de Costa Rica.
Además, observó que las proyecciones económicas de Nicaragua para 2020 prevén una caída del producto interno bruto (PIB) de hasta el 10 %, con lo que cerraría su tercer año consecutivo en rojo.
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El PIB de Nicaragua decreció un 3.9 % el año pasado y 4 % en 2018, de acuerdo con el Banco Central.
La Administración del presidente Donald Trump ha aumentado la presión sobre el Gobierno de Nicaragua con sucesivas rondas de sanciones, entre ellas a la esposa de Ortega, Rosario Murillo; los hijos de la pareja, Rafael y Laureano Ortega Murillo, y diversos altos cargos.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de EE.UU. impuso sanciones económicas a otro hijo del presidente de Nicaragua, Juan Carlos Ortega Murillo, y a dos compañías nicaragüenses presuntamente usadas para el lavado de dinero, en una nueva muestra de presión a Managua.
Washington ha dicho que seguirá presionando al Gobierno sandinista hasta que garantice unas elecciones «libres y justas» en noviembre de 2021, ponga fin a la «represión» contra los opositores, libere a los «presos políticos» y restablezca la democracia.