El padre Benito Martínez Gamboa, propuso ante representantes de al menos 30 organizaciones opositoras, la creación de una una asamblea en el exilio, para liderar una eventual transición democrática en Nicaragua. El sacerdote lo hizo ante quienes acudieron al llamado que realizó para un encuentro de opositres el viernes el 30 de mayo en Miami.

Esta iniciativa busca sentar las bases para un eventual retorno del exilio y la instauración de un gobierno provisional ampliamente representativo.

Entre los participantes del encuentro, destacaron la Gran Confederación Opositora Nicaragüense, el Movimiento Campesino, la Plataforma de la Unidad por la Democracia y el Movimiento Eddy Montes Praslín, integrado mayoritariamente por matagalpinos exiliados.

Más acciones que discursos

Los asistentes coincidieron en que la unidad no puede quedarse en discursos, sino traducirse en acciones concretas que enfrenten al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La conformación de una instancia política de transición, que pueda ser reconocida internacionalmente, se plantea como un resultado prioritario de este esfuerzo colectivo.

La agenda discutida incluyó también otras metas estratégicas, como detener el flujo de recursos que sostiene a la dictadura, presionar por el desconocimiento del régimen ante organismos internacionales y articular sanciones efectivas. La idea central: solo una oposición organizada y con respaldo podrá romper el cerco de impunidad y represión impuesto desde Managua.

El llamado del padre

El sacerdote Martínez, parte del grupo de los 222 desterrados en Estados Unidos, hizo un llamado directo a los policías y jueces de Nicaragua para que no se dejen seguir utilizando por la dictadura sandinista. 

«Les hablo a ustedes, policías profesionales y militares de carrera, en los que todavía queda prestigio, honor, lealtad y amor por Nicaragua. A ustedes que no se han dejado corromper el alma, a ustedes que tuvieron desde niños el ejemplo de rectitud, de nobleza, de sacrificio de sus padres. Muchos de ellos pobres, pero honrados. A ustedes policías y militares educados por buenos maestros en escuelas públicas y colegios religiosos. A ustedes que fueron llevados de niños a recibir el cuerpo y la sangre de Cristo en su primera comunión. A ustedes, hombres y mujeres de fe, de principios humanos y cristianos. A ustedes les digo, no se dejen seguir usando», dijo el padre Benito.

«No hablo a los corruptos. No hablo a los criminales. No hablo a los que han vendido su conciencia por dinero. No hablo por los que quemaron vivos a los niños del barrio Carlos Marx. Ni a los que por vergüenza cubren el rostro con el trapo negro», sentenció el religioso.

A los jueces, los llamó a recuperar la dignidad del sistema de justicia y a no seguir sirviendo a intereses ajenos al derecho. Les recordó que quienes no pueden impartir justicia con limpieza y valor, aún pueden renunciar con honra.

A los jóvenes, los describió como la reserva moral del país. Habló del dolor de los asesinados, de los que huyeron por persecución, de quienes fueron abandonados en hospitales. Les pidió no olvidar ese pasado y continuar la lucha. “Esta lucha es por ustedes, para que tengan una patria de todos y para todos”, aseguró.

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