Ramona Rodríguez, brazo ejecutor de la dictadura sandinista en el cierre y robo de decenas de universidades, fue destituida de sus cargos como presidenta del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).
Información extraoficial indica que la presidenta del CNU fue apartada de sus cargos en una barrida ordenada por la vocera de la dictadura sandinista, Rosario Murillo, que alcanzaría a otros cargos de jerarquía en la UNAN-Managua.
Aunque el sitio web oficial de la UNAN-Managua aún no ha oficializado el cambio, Munguía Beteta asumió públicamente el cargo desde la semana pasada. Su primera aparición fue en la develación de una estatua en homenaje al filósofo chino Confucio, organizada con la participación de autoridades universitarias y la embajada de la República Popular China.
La última actividad pública de Rodríguez Pérez fue el 8 de mayo, cuando inauguró un encuentro nacional con equipos directivos del Sistema Educativo de la UNAN bajo el lema oficialista «Seguimos el legado de Sandino». Desde entonces, desapareció del panorama institucional.
De hecho, este martes 13 de mayo durante un acto de homenaje a Benjamín Zeledón, fue presentada como nueva rectora de la UNAN-Managua la maestra Ángela Mungía Beteta, quien era secretaria general.
En el caso del CNU, aún no hay nombramiento oficial de nuevo presidente o presidente, aunque se menciona a Bosco Castillo como el posible sustituto.
Terrible historial
Rodríguez además es la responsable de haber borrado el historial académico de centenares de estudiantes en universidades públicas, la retención de títulos y expulsión de aquellos que participaron en las protestas contra el régimen en el 2018.
En diciembre de 2023, Estados Unidos la sancionó al incluirla en la Lista Engel de actores corruptos y antidemocráticos de Centroamérica.
Según Estados Unidos, Ramona Rodríguez es responsable de socavar las instituciones democráticas al participar en una campaña coordinada para reprimir la disidencia confiscando propiedades de los opositores políticos del gobierno, incluida la Universidad Centroamericana (UCA).
Ha sido destituida en silencio y sin agradecimiento público.