La criminal vocera de la dictadura sandinista, Rosario Murillo, vomitó una vez más su odio en contra de los opositores del régimen, a quienes calificó de “imperdonables” y “condenables”, y que han sido expulsados o se les ha prohibido el ingreso al país, no podrán regresar a Nicaragua.
“Los condenables, los imperdonables, jamás podrán retornar a esta tierra (Nicaragua) que no les pertenece”, declaró Murillo en su soliloquio del mediodía.
La amargada hablanda de amargura
“Mientras la amargura y la rabia carcome a los imperdonables, los condenables, mientras el corazón les arde de tanta frustración, aquí el pueblo va adelante”, expresó Murillo, notablemente ardida.
Las declaraciones de Murillo se producen luego que el sacerdote desterrado, Benito Martínez, dijo el fin de semana, que los exiliados y opositores «volveremos a Nicaragua». El padre Benito pidió a opositores unirse o trabajar en alianza para el retorno a Nicaragua.
“Jamás podrán retornar a esta tierra que no les pertenece, los que siguen ahondando en calumnias y mentiras, porque es lo único que tienen: la mentira, la calumnia, lo único que les queda. Y eso no da nada y no da para nada”, dijo la desdentada vociferante.
Así mismo, la consorte de Ortega -dirigiéndose a los opositores cuyos líderes en su mayoría están en el exilio- dijo: “¡No pudieron, ni podrán!”.
Se ufana de haber mandado a matar
“Estamos por concluir abril, tenebroso para ellos, victorioso para el pueblo valiente, noble, amoroso, cristiano y fraternal, solidario de esta Nicaragua bendita”, prosiguió Murillo, en referencia a las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018 y que neutralizaron a la fuerza con represión y balas.
“Tenebroso para ellos, se empeñaron en una aventura. Desastre, fracaso, derrota, una aventura desastrosa, una aventura que le ha representado el repudio, el odio, el rechazo de las mayorías de nicaragüenses”, agregó la sancionada y señalada de cometer crímenes de lesa humanidad.
Murillo también reafirmó su postura vengativa con una advertencia reiterada: “Jamás serán perdonados”. Acusó a la oposición de haber “atentado contra la sangre santa del pueblo” y de “difamar sin asco al pueblo defensor”. Enfatizó que “siempre están pendientes las reparaciones, no repetición, pero pendientes las reparaciones”, sugiriendo represalias futuras bajo el disfraz de “justicia”.