La dictadura sandinista se retiró de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) tras denunciar el Convenio del Estatuto de la CCJ, aprobado el 10 de diciembre de 1992 tras no lograr por enésima vez que uno de sus candidatos fuera aceptado para secretario General del Sistema de Integración Centroamericana, SICA.
La decisión tiene implicaciones directas para la exmagistrada de la Corte Suprema del régimen, Juana Méndez, quien, según el presidente de la Asamblea, Gustavo Porras, renunció a su cargo con la intención de postularse a la presidencia de la CCJ.
La Cancillería de la dictadura argumentó que tanto el Estatuto como el Reglamento de la Corte Centroamericana de Justicia no reflejan la realidad de su composición actual. Específicamente, critican que la Corte esté sujeta a las decisiones del Consejo Judicial Centroamericano y del Caribe, un organismo que no forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Además, señalan que la Corte se ve influenciada por decisiones de países que, a pesar de haber aprobado el Estatuto, no han concretado su integración a la CCJ, o de países que ni siquiera forman parte del Estatuto.
Consideran que esto es “incoherente” y Nicaragua lo declara “inaceptable e incontinuable”.
“Por lo anterior, el Gobierno de la República de Nicaragua transmite su decisión soberana e irrevocable de denunciar el Convenio del Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, aprobado el 10 de Diciembre de 1992 y retirarse de la Corte Centroamericana de Justicia, a partir de la fecha”, indica la carta firmada por el canciller Valdrack Jaentschke.
Con esta decisión el régimen en Nicaragua deja sin cargo a Juana Méndez, quien renunció como magistrada de la Corte Suprema de Justicia, su renuncia fue aceptada y los magistrados de la CSJ, la nombraron magistrada de la Corte Centroamericana de Justicia, en sustitución del nicaragüense Carlos Guerra. Dictadura traslada a Juana Méndez de su Corte Suprema a la Corte Centroamericana de Justicia
Arrechos porque rechazaron al «Moncada el grande»
Antes de retirarse de la CCJ, los cancilleres de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana rechazaron la terna presentada por la dictadura Ortega-Murillo por considerar que no llena los requisitos de la organización para ocupar el cargo. La terna nicaragüense estaba encabezada por el excanciller Denis Moncada.
«A pesar de las calidades personales, extensa experiencia y probada capacidad profesional de los candidatos propuestos, nuevamente las delegaciones de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana, inmiscuyéndose en los asuntos internos y soberanos de la República de Nicaragua, pretenden dictar e imponer sus criterios e intereses políticos sobre asuntos soberanos, que solo le corresponde al pueblo y Gobierno de la República de Nicaragua decidir», dice el comunicado de la dictadura.
Este es el cuarto fracaso consecutivo de la dictadura en su intento de controlar la Secretaría del SICA, después que Wagner Vargas renunció al cargo.