A dos años de su desnacionalización, una parte de los 94 nicaragüenses, exiliados compartieron un documento en el cual refrendan su compromiso con la lucha por la democracia y la justicia en Nicaragua. Despojados de su nacionalidad y bienes por el régimen de Ortega y Murillo, siguen alzando la bandera azul y blanco como símbolo de resistencia y unidad
El texto integro del documento a continuación dirigido a Nicaragua y el mundo:
Hace dos años, el 15 de febrero del 2023, la dictadura bicéfala como parte de su escalada represiva pretendió despojar de nacionalidad a 94 nicaragüenses, contra toda norma nacional o internacional, contra todo derecho.
El despojo estuvo además acompañado de confiscación de bienes, anulación de pensiones de seguridad social, declaratoria de prófugos de la justicia y, según nuestros verdugos, cancelación a perpetuidad de nuestros derechos civiles y políticos.
El zarpazo demencial llegó al colmo del ridículo: Entablaron la supuesta acusación por la mañana de ese día y por la tarde estaban haciendo pública lo que llamaron sentencia. Un pedazo de papel espurio que contenía penas que no existían en la legislación nicaragüense.
Nuestros verdugos pretendían quebrantar nuestro compromiso de lucha por la libertad, la justicia y la democracia en Nicaragua. No lo lograron. Nuestras banderas y nuestro compromiso están intactos. Ante todo, mantenemos con firmeza la bandera de nuestra patria. La bandera azul y blanco.
Nuestra cultura, nuestras raíces, nuestros suelos, bosques y mares, nuestro lenguaje popular, nuestra gastronomía, nuestros símbolos y nuestro pueblo humilde
nos enorgullecen hoy más que nunca. Pero no podemos llamarnos a engaño. No son tiempos fáciles. Pero tampoco lo son para la dictadura.
Lo único que les queda es la represión
Incapaces de solucionar la crisis política resultante del repudio de la inmensa mayoría
del pueblo nicaragüense, el único recurso al alcance que tienen es continuar ampliando y profundizando la represión con la delirante intención de imponer una nueva dinastía.
Encarcelamientos indiscriminados, torturas, destierros, persecución religiosa, desapariciones forzadas, aniquilación de organizaciones civiles y gremiales, están incluidos en su manual de ultrajes. Recientemente comenzaron a aplicar una forma más bestial de desnacionalización: Sin declaración pública y sin registro cancelan los documentos de viaje o de identidad dejando en el más total desamparo a la víctima y a su familia.
Por encima de nuestras propias dificultades y desafíos, expresamos nuestra solidaridad con estas víctimas y les alentamos a mantener vivas las esperanzas de que recuperaremos la democracia y nuestros derechos, sobre todo el derecho a construir una Nicaragua en paz, libertad, concordia y con oportunidades para todos. Para lograrlo es imprescindible mantener izadas nuestras banderas. Pero no basta.
Pronto se cumplirán 7 años de las protestas de abril que fueron sofocadas a sangre
y fuego por la dictadura en su aferramiento demencial al poder. Es tiempo ya de
apartar mezquindades y cegueras. Solo juntando fuerzas y esfuerzos acortaremos el
camino.