Las autoridades de Ciudad Juárez, México, confirmaron el miércoles que, entre las 6:00 de la mañana y las 10:00 de la noche, el país ha recibido migrantes de cuatro naciones a las que Estados Unidos no puede deportar a sus lugares de origen. Entre ellos se encuentran ciudadanos de Nicaragua, Cuba, Haití y Honduras.
Zaira Carrasco Flores, titular de la Oficina de Representación en Chihuahua del Instituto Nacional de Migración (INM), señaló que Juárez está aceptando a estos migrantes, aunque no precisó cifras exactas. Según declaró a medios locales, existen acuerdos que le impiden revelar el número de personas recibidas. No obstante, declaró que en este tiempo Juárez recibió un total de 2 mil 52 mexicanos deportados.
Días antes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, desmintió las especulaciones sobre un supuesto incremento en la llegada de migrantes tras la asunción de Trump. Aclaró que, entre el 20 y el 26 de enero, México recibió un total de 4,094 personas, la mayoría de ellas mexicanas.
Migrantes buscan quedarse en México
Según reportes locales, cientos de migrantes procedentes de Nicaragua, Venezuela, Cuba, Ecuador, República Dominicana, El Salvador, Honduras y Guatemala llevan una semana haciendo fila en las afueras de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) en Chiapas, con la esperanza de obtener documentos que legalicen su estancia en México y así evitar ser deportados a sus países de origen.
“Uno aquí se queda durmiendo días y también estamos en la noche y volvemos amanecer. Desde el viernes yo no he podido lograr pasar”, expresó la nicaragüense Azucena del Carmen Calero al medio NMás.
Los migrantes también denuncian que son víctimas de violencia, ya que durante la noche delincuentes aprovechan la situación para vender los espacios en la fila por 500 pesos mexicanos y amenazan con armas blancas a quienes están en las filas.
Cifras oficiales
Las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos CBP (por sus siglas en inglés) revelaron que bajo la administración Biden-Harris hubo el mayor número de flujo migratorio de nicaragüenses en la historia de Estados Unidos, con más de 536,000 personas que cruzaron la frontera.