La dictadura sandinista juramentó esta semana en Madriz, Estelí y Ocotal, a los primeros 4,000 matones paramilitares a los que disfraza de «policías voluntarios», con el supuesto objetivo de «cuidar la paz» cuando en realidad lo que buscan es sembrar terror en la población.
«Más de 1 mil 400 policías han sido juramentados este día, en esa inmortal ciudad de Ocotal, donde nuestro general Sandino vibró con el Ejército defensor de la soberanía nacional de nuestra Nicaragua, la gloriosa batalla de Ocotal», afirmó la vocera de la dictadura Rosario Murillo, quien exaltó a los paramilitares.
En Madriz, el 15 de enero, el sancionado consuegro de los tiranos Francisco Díaz, jefe de la guuardia sandinista, juramentó a 1204 policías voluntarios. La unidad de estos policías encapuchados ha sido bautizada por la guardia y medios propagandistas como la «Policía Voluntaria Comandante Julio Buitrago Urroz».
También en Estelí, otros 1500 paramilitares fueron juramentados como parte del grupo. En los días siguientes, miles más serían juramentados en otras ciudades de Nicaragua.
Más matones se sumarán la semana entrante
Según el régimen, estos parapoliciales tienen «el compromiso de apoyar la defensa de la paz, la soberanía y la tranquilidad de las familias nicaragüenses». El director general de la Policía Nacional subrayó que la institución continúa con el proceso de juramentación en todo el país, «destacando la importancia de defender lo que consideró la «sacrosanta paz» que tanto promovió Rubén Darío.
Murillo destacó que la jornada de juramentación que se prolongará hasta el 26 de febrero estuvo enmarcada en un acto de homenaje al poeta Rubén Darío y a todas las familias nicaragüenses. «Nos sentimos y nos sabemos llenos de fortalezas, de luz, vida, verdad, esperanzas invictas», expresó en su intervención.
Parte del artículo 97 de la Constitución «Chamuca», hecha al antojo de Daniel Ortega y Rosario Murillo para imponer su régimen dinástico, establece que en Nicaragua «se crea la Policía Voluntaria como cuerpo auxiliar y de apoyo a la Policía Nacional, integrada por ciudadanos y ciudadanas nicaragüenses que prestan sus servicios de forma voluntaria». Hasta la juramentación de estos grupos en departamentos del norte de Nicaragua, este artículo aún no se ha aprobado en segunda legislatura, un requisito para la entrada en vigencia de cualquier reforma constitucional en Nicaragua.
Opositores, activistas y especialistas en Derecho de organizaciones nacionales e internacionales han advertido que la creación de esta «Policía Voluntaria» en la Constitución es una manera de institucionalizar a los grupos paramilitares que, codo a codo con la Policía Nacional, ejecutaron la llamada «Operación Limpieza» para desarticular las protestas ciudadanas y tranques instalados en varias ciudades de Nicaragua durante la Rebelión de Abril, dejando decenas de muertos entre junio y julio de 2018.