El padre Marcos Somarriba, párroco de la iglesia Santa Agatha de Miami , aseguró que «el bien vencerá al mal siempre. Todo mal tiene sus días contados, asimismo los malvados y crueles tienen también sus días contados y toda noche oscura tendrá su encontronazo con la luz de un nuevo amanecer».

Somarriba habló en el Cuarto Domingo de Adviento, del pasaje de Lucas que narra el encuentro entre dos mujeres de fe, esperanza y caridad, la virgen María y su prima Isabel que era estéril pero que Dios le había permitido concebir, dijo que al verse ambas mujeres expresan su alegría y reconocimiento del gran acto de Dios que está sucediendo a través de la concepción de Jesús y que es por eso que Dios indica a donde ir y a donde hay alguien en necesidad de servicio y que ese es el sendero a seguir, el de la caridad para con los demás en especial con los mas necesitados.  

Pueblos cansados y agobiados, no deben perder esperanza

«María visita a su prima Isabel para atenderla y servirle. Los encuentros auténticamente humanos hacen bien. Los encuentros humanos llenos de falsedad y engaño hacen daño y deshumizan, producen tristezas y angustias, dividen a la familia, los hacen escoger bandos contrarios que rompen la unidad familiar y social como estamos siendo testigos del fruto de la mano de los avaros y poderosos que solo contemplan sus senderos del mal, del odio, de la división produciendo miseria, exilio y muerte», dijo Somarriba.

Los encuentros auténticos, añadió el sacerdote, son para servir y alegrar, no para ofender, humillar y producir dolor.  «Somos pueblos cansados y agobiados que se nos ha empujado y arrojados por el camino de la amargura, estamos cansados y casi sin esperanza de que la cosa puede ser mejor, que este valle de lágrimas puede dejar de ser y ser cambiado por el sendero de la alegría, el camino de la familia unida y en paz», indicó.

Así como por medio de Ángel Dios le indico a María que sería la madre del Mesías, también le dijo su prima Isabel, la que decían estéril, ya tiene seis meses de embarazo, dijo Somarriba. «Hermanos para Dios todo es posible y no podemos perder la esperanza que lo que estamos viviendo entre lágrimas y sufrimientos un día se convertirá en alegría», aseguró.

Mantener la fe y la esperanza puede ser un acto de resistencia

El sacerdote explicó que Isabel reconoce a María y su papel en el plan de Dios, porque cuando le habló su bebé saltó en su vientre. Este acto de reconocimiento, dijo Somarriba, eleva la dignidad de María y honra su fe, porque tomar el sendero de la caridad transforma y aumenta la fe del ser humano, además le hace mucho bien en lo personal.

«En sociedades marcadas por la maldad y el poder mal habido, el reconocimiento y la dignidad son muchas veces ignorados. Este encuentro se convierte en un modelo de cómo la comunidad debe elevarse y celebrar la bondad y la verdad aun en medio del silencio impuesto porque la palabra incomoda, Dios incomoda cuando el rumbo que tomamos no es el de su misión», dijo.

Asimismo Isabel en el encuentro se refiere a María como la «madre del Señor». Para Somarriba este reconocimiento «muestra la grandeza del acto que está sucediendo, toda persona que lucha por la justicia y la paz es digna de ser reconocida y lo es por Dios mismo. Este momento de encuentro contrasta con los encontronazos violentos de un sistema que busca la dominación. Aquí, el poder se encuentra en la humildad y en el servicio, no en la opresión».

«En tiempos de crueldad y violencia, mantener la fe y la esperanza puede ser un acto de resistencia. Las creyentes deben ser como María e Isabel, actuando como portadoras de la esperanza de Dios en medio de la opresión», recomendó Somarriba.

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