El 80% de los nicaragüenses en estatus irregular están en riesgo de deportación bajo la nueva administración del presidente electo de Estados Unidos, EEUU, Donald Trump, según cálculos de Manuel Orozco, politólogo nicaragüense y director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano.
Orozco afirmó que la nueva administración de Donald Trump tendrá un enfoque «pragmático pero punitivo» y dará prioridad a la deportación y al control fronterizo.
El experto al participar del conversatorio «Trump 2.0: Perspectivas y Desafíos para Centroamérica, Cuba y Venezuela bajo un Nuevo Mandato», organizado por Expediente Abierto, identificó cuatro categorías de riesgo están: personas en estatus irregular, aquellos con orden de deportación, especialmente quienes llegaron después de 2019; solicitantes de asilo con resoluciones negativas y beneficiarios de TPS o DACA.
Según Orozco, la cifra de nicaragüenses en riesgo de deportación de EEUU podría superar las 80,000 personas. Además, alrededor de 5,000 nicaragüenses podrían no obtener asilo o recibir notificaciones de salida para 2025.
Entre los afectados también estarían 500,000 nicaragüenses sin estatus legal bajo TPS, DACA o Alivio Humanitario, distribuidos de la siguiente manera:
DACA: 1,370 personas.
TPS: 4,000 personas (con vencimiento en julio de 2025).
Alivio Humanitario: 93,000 personas (menos de 20,000 han solicitado ajuste de estatus).
Impacto en las remesas
Respecto a las consecuencias económicas, el politólogo explicó que las deportaciones desde EEUU afectarán directamente el flujo de remesas. Por cada deportado, las remesas caen 39 dólares, mientras que por cada nuevo migrante aumentan en 4,000 dólares.
“La migración centroamericana, incluyendo la nicaragüense, venía en declive desde los últimos dos años. Esto, junto con las deportaciones, implica que las remesas crecerán menos del 1% en los próximos dos años”, afirmó. Orozco proyectó que unas 150,000 personas podrían ser deportadas anualmente a México y Centroamérica, lo que afectaría a miles de hogares dependientes de remesas.
Orozco subrayó los desafíos que enfrentan las nuevas políticas migratorias. La administración Trump deberá encontrar un balance entre una política exterior antidictatorial y una postura proteccionista que, paradójicamente, depende de la mano de obra migrante para mantener la competitividad económica.
“La migración creció en respuesta a la demanda de mano de obra en EEUU. En un contexto proteccionista, se necesitaría precisamente esa mano de obra barata para aumentar la competitividad. Esto requiere un balance político y económico que no será fácil de lograr”, concluyó Orozco. Trump dice que usará al Ejército para las deportaciones con todo el rigor de la ley