Periodistas independiente: A dos de ellos los mandaron al hospital tras recibir una golpiza de fanáticos sandinistas que, además, les robaron sus equipos. A otro lo amenazaron al peor estilo de ISIS, con decapitarlo y acribillar a su familia. A una la quiso sacar de cobertura y a empujones el propio jefe policial en plena calle y a a una radio la asediaron por más de doce horas y los mismos policías se le robaron sus vehículos estacionados afuera.
Estos son apenas cuatro ejemplos de más de 351 agresiones perpetradas por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra 48 periodistas independientes entre el 1 de marzo y el 20 de junio, según el informe de julio de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN).
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Rosario de violencia
Las agresiones incluyen agresiones físicas, robo de equipos, acoso, intimidación, arrestos o detención arbitraria, torturas sicológicas, amenazas de violencia sexual, persecución, campañas de desprestigio en redes sociales, desplazamiento forzoso, censura, violación al derecho a la búsqueda de información pública,
Uno de los casos más graves, por lo perturbador del mensaje, fue una carta de amenaza contra el periodista Gerall Chávez, de Nicaragua Actual, a quien le enviaron un sobre con una misiva de amenazas de muerte directa y una memoria USB con un video realmente atroz, donde disimulaban que lo decapitaban y luego acribillaban su cara.
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Desde policías y sapos hasta militares
El pasado sábado 25 de julio Radio Darío de León fue asediada por más de 12 horas, operación dirigida por el esbirro policial Fidel Domínguez, quien al final de la tarde se robó una moto y un vehículo de los colaboradores de la emisora.
El asedio ha sido permanente desde abril de 2018 contra esta emisora, la cual quisieron quemar con todo su personal adentro el 20 de abril de 2018 y desde entonces no han cedido en el ataque sistemático contra la emisora.
Policías uniformados y de civil, paramilitares armados y con protección policial, fanáticos locales conocidos como Sapos, periodistas y empleados de los medios de la dictadura, funcionarios públicos y municipales y hasta militares del Ejército sandinista son los encargados de atacar a los periodistas.
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