El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el viernes que amplía por un año más la orden ejecutiva de 2018 que declara a Nicaragua como «una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos».
Biden firmó la orden ejecutiva, ya que la situación en Nicaragua hace que esta emergencia continúe, debido a «la respuesta violenta del Gobierno de Nicaragua a las protestas que comenzaron el 18 de abril de 2018».
También lo justificó que es una amenaza para la seguridad señalando el «continuo desmantelamiento y debilitamiento sistemático de las instituciones democráticas y el estado de derecho».
En el documento que se dio a conocer, Biden destacó que esta respuesta surge ante la problemática social que sigue en el país. Además por el «uso de la violencia indiscriminada y tácticas represivas contra los civiles» por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La orden se emite en el contexto de una reforma constitucional ordenada por Ortega y Murillo, para cambiar el sistema jurídico de fondo de Nicaragua y volverse Co-presidentes.
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Así como «su corrupción que conduce a la desestabilización de la economía de Nicaragua, sigue representando una amenaza», apunta la orden de Biden.
«La emergencia nacional, declarada el 27 de noviembre de 2018, debe por tanto, continuar vigente más allá del 27 de noviembre de 2024», cuando vencía, señaló el gobernante.
¿Qué ocurre en Nicaragua?
Las protestas antigubernamentales de 2018, que se prolongaron por varios meses con bloqueos de carreteras y enfrentamientos, se saldaron con más de 355 muertos.
La información surgió debido a las organizaciones no gubernamentales y la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como con miles de detenidos y represaliados.
Estados Unidos y la Unión Europea han emitido en los últimos años una serie de sanciones contra Nicaragua en represalia por estos hechos.