La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado contundente en el que rechazó y repudió la aberrante reforma constitucional propuesta por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
Según el organismo, esta iniciativa es «una aberrante forma de institucionalización de la dictadura matrimonial» y representa un ataque frontal contra los últimos vestigios de democracia en el país centroamericano.
La OEA calificó la reforma como ilegítima tanto en su forma como en su contenido, señalando que está diseñada para consolidar el control absoluto del Estado por parte de la pareja criminal Ortega-Murillo.
«Es una agresión definitiva al Estado de Derecho Democrático», enfatizó el comunicado, que denunció además el carácter represivo y autoritario de las modificaciones propuestas.
Una dictadura institucionalizada
La reforma busca extender el mandato presidencial de cinco a seis años, instaurar la figura de «copresidencia» para garantizar la alternancia en el poder de Ortega y Murillo, y eliminar principios democráticos esenciales como el pluralismo político.
La OEA denunció que estos cambios no solo perpetúan el régimen dictatorial, sino que también borran cualquier posibilidad de que Nicaragua recupere un sistema democrático en el corto plazo.
«El pueblo nicaragüense necesita paz, democracia y respeto a los derechos humanos, no más maniobras ilegítimas para perpetuar a una dictadura sangrienta», expresó la Secretaría General, liderada por Luis Almagro.
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Dictadura conyugal y Murillo «co-presidenta» de alcoba
El comunicado también destacó que la reforma constitucional institucionaliza prácticas represivas y viola principios fundamentales de derechos humanos.
La figura de «traición a la patria», elevada a rango constitucional, será utilizada para despojar de la nacionalidad a críticos del régimen y perseguir a voces disidentes.
Además, el control del aparato judicial y militar por parte del régimen refuerza el uso de estas instituciones para reprimir al pueblo nicaragüense.
«La dictadura conyugal ha transformado el Estado nicaragüense en una maquinaria de represión y sometimiento, destruyendo pilares esenciales de un sistema democrático, como la independencia de poderes y el respeto a los derechos fundamentales», afirmó la OEA.
Llamado a la comunidad internacional
La Secretaría General de la OEA hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para redoblar la presión diplomática y económica contra el régimen de Ortega-Murillo.
«El rechazo a la dictadura y sus acciones debe seguir siendo total», señaló el comunicado, instando a los Estados miembros a aumentar las sanciones y medidas que limitan el alcance del régimen.
Asimismo, la OEA reiteró su compromiso con el pueblo nicaragüense, subrayando la necesidad de «elecciones auténticas, legítimas, universales y libres» como única vía para restablecer la democracia y poner fin a la dictadura.
Una Nicaragua aislada y oprimida
Con esta reforma, Nicaragua se encuentra cada vez más aislada en el escenario internacional.
Los Ortega-Murillo han desafiado no solo a la comunidad internacional, sino también los principios fundamentales de la Carta Democrática Interamericana, a la que renunciaron en 2021 tras asaltar la sede diplomática.
La amplia visión de expertos señala que en un país donde la represión, la pobreza y el exilio son el día a día, la reforma constitucional no solo perpetúa la opresión, sino que envía un mensaje claro: el régimen no tiene intención alguna de devolver el poder al pueblo.
La OEA concluyó su comunicado reafirmando su solidaridad con el pueblo de Nicaragua y su rechazo a cualquier intento de consolidar el poder autoritario.
«El fin de la dictadura es la única solución para un futuro de paz, justicia y democracia en Nicaragua», sentenció.