De forma patética y casi humillándose solo, el dictador Daniel Ortega dio muestras de buscar un acercamiento con los presidentes de Brasil, Lula da Silva y de Colombia Gustavo Petro, con quienes ha tenido encontronazos en meses pasados.
Ortega celebró este lunes que su homólogo brasileño, Lula, haya dicho que su par venezolano, Nicolás Maduro, es un «problema» de Venezuela y no de Brasil.
«Como bien dijo Lula en los últimos días: él respeta lo que decida Venezuela, lo que decida Nicolás, y que no tiene que estarse metiendo realmente», destacó Ortega en un discurso público en Managua el lunes.
«Es como que en el barrio hay un pleito de vecino y se llega a meter el otro vecino a querer poner el orden. No hay forma. Los pleitos de familia los arregla la familia», enfatizó el tirano sandinista y violador de su hijastra Zoilamérica.
Ortega recordó que Lula «también habló de Nicaragua, que no podía estar metiéndose en los asuntos internos de Nicaragua ni de Venezuela».
«A nosotros nunca, sino es para apoyar nada más, hemos hablado de Lula y de Brasil. Para condenar cuando lo metieron preso, cuando detuvieron a (la expresidenta) Dilma (Rousseff), pero nunca nos hemos metido en sus asuntos internos», sostuvo.
Lo que dijo Lula y que Ortega celebra
En una entrevista con la cadena de televisión RedeTV, Lula dijo: «Tenemos que tener mucho cuidado cuando lidiamos con otros países y otros presidentes. Yo creo que Maduro es un problema de Venezuela, no es un problema de Brasil».
«No puedo continuar preocupándome. Un día pelearme con Nicaragua, otro con Venezuela, otro pelearme con no sé quién», aseguró Lula, antes de decir que su responsabilidad era luchar para que Brasil vaya en la dirección correcta.
El pasado 26 de agosto, durante una cumbre virtual con jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Ortega dio por rotas las relaciones con Brasil.
Luego tildó a Lula de «arrastrado» y de querer ser el «representante de los yanquis» en América Latina.
Ortega dijo que Lula «de una forma vergonzosa» anda «repitiendo las consignas de los yanquis y de los europeos, y de los Gobiernos arrastrados de América Latina».
«¡Te estás arrastrando también, Lula! ¡Te estás arrastrando, Lula!», exclamó entonces Ortega, que también criticó la anterior gestión de Gobierno del mandatario brasileño, la cual, dijo, estallaron «alborotos» de corrupción como «los escándalos Lava Jato».
El pasado 8 de agosto, el embajador de Brasil en Nicaragua, Breno de Souza Brasil Días da Costa, salió del país tras ser expulsado por el Gobierno de Ortega, de acuerdo con la versión oficial, por no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio.
En reciprocidad, el Gobierno de Brasil decidió expulsar a la embajadora de Nicaragua, Fulvia Castro.
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Así esbozó su acercamiento con Petro
En relación a Gustavo Petro, a quien también tildó de «arrastrado» en la misma cumbre del ALBA, Ortega dijo el lunes que le mandaba un saludo, a quien según él, lucha por los derechos de los colombianos.
«Saludamos al pueblo de Colombia, que junto con el presidente Petro sigue luchando por la paz, por la estabilidad, luchando contra los que no quieren paz para nuestros pueblos, no quieren paz para nuestra región», dijo el vetusto dictador.
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“Pobre Petro, lo veo como compitiendo con Lula en ver quién va a ser el líder que va a representar a los yankees en América Latina».
«El pobre Petro no tiene la fuerza que tiene Brasil. El gigante de América Latina. Pero con ese gobierno que tiene, de Lula, no es gigante, bueno, es Goliat queriendo arrasar con David”, indicó Ortega.
Brasil no olvidó la afrenta y decidió vetar el ingreso de Nicaragua y Venezuela a los BRICS en su última sesión en Rusia.