Nicaragua se declaró en alerta ante la posible formación de la tormenta Sara a huracán, que sería la decimonovena tormenta nombrada de la activa temporada ciclónica del Atlántico, la cual finalizará oficialmente el próximo 30 de noviembre.
Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), con sede en Miami, el sistema que podría transformarse en Sara se desplaza actualmente hacia el oeste en dirección al Caribe, con proyecciones que lo acercan a la costa centroamericana en los próximos días.
Los meteorólogos prevén que el sistema reducirá su velocidad y ganará intensidad al aproximarse a las cálidas aguas de la región, lo que aumenta su potencial de desarrollo.
La amenaza directa afecta a Honduras y Nicaragua, ambos países centroamericanos son más vulnerables a huracanes debido a su ubicación en el corredor de ciclones del Caribe
Este sistema, designado como Potencial Ciclón Tropical 19, se encontraba en la última observación a unos 735 kilómetros al este de la isla de Guanaja, en Honduras, y a 470 kilómetros de Cabo Gracias a Dios, en la frontera entre Honduras y Nicaragua la noche del 13 de noviembre.
Lea: Nicaragua alerta ante eventual huracán
En la ruta de los huracanes
Presenta vientos sostenidos de 45 kilómetros por hora, desplazándose al oeste a una velocidad de 9 kilómetros por hora.
Ante el riesgo de impacto, Honduras ha emitido una alerta de huracán desde Punta Castilla hasta la frontera con Nicaragua, mientras que Nicaragua ha puesto bajo vigilancia una amplia franja desde esta frontera hasta Puerto Cabezas.
La posible formación de Sara podría traer consigo fuertes precipitaciones, especialmente sobre el norte de Honduras, donde se anticipan inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en zonas montañosas como la Sierra La Esperanza.
La actual temporada de huracanes en el Atlántico ha registrado una actividad por encima de la media, con once huracanes hasta la fecha.
De ellos, dos —Beryl y Milton— alcanzaron la máxima categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, según la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, en inglés).