Frustrada por no lograr que sus fichas partidarias ocupen la silla de la Secretaria General del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), la siniestra co-dictadora Rosario Murillo despotricó y berreó contra ese foro.
Furiosa como de costumbre, con el siseo cada vez más notorio por la ausencia de dientes o el uso de prótesis dentales, Murillo arremetió este jueves contra la dirección ejecutiva del SICA, acusándola de «usurpar» funciones.
Según la desdentada vociferante, las funciones que ahora realiza la dirección ejecutiva del SICA competen exclusivamente al secretario general, un puesto actualmente vacante por falta de acuerdo en la elección de un nuevo titular.
Murillo aseguró que Nicaragua expresó su rechazo mediante un comunicado enviado por el espía designado como canciller, Valdrack Jaentschke, denunciando lo que consideró una “usurpación de la figura del secretario general del SICA” por parte de la dirección ejecutiva.
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La usurpadora hablando de «fraude»
De acuerdo con la rabiosa vicedictadora, la dirección ejecutiva es una “oficina administrativa interna sin competencia para ejercer atribuciones que solo corresponden a los Estados miembros y al secretario general del SICA”.
La co-dictadora acusó a la dirección ejecutiva de excederse en sus atribuciones al mantener contacto directo con los Estados miembros.
Esa acción, según la soez Murillo, representa una “usurpación de la secretaría general” y una invasión en temas “políticos, administrativos y operativos” que son competencia exclusiva de un secretario electo.
“No pueden imponer una agenda de trabajo ni definir un presupuesto en un órgano acéfalo”, añadió sibilante la vocera de la dictadura.
Murillo instó a los gobiernos del SICA a “restablecer la institucionalidad y respetar el protocolo de Tegucigalpa” para asegurar «el correcto funcionamiento del sistema regional».
Furiosa, denunció que cualquier otra actuación constituye un “fraude” y calificó a la dirección ejecutiva como una “secretaría fraudulenta y usurpadora”.
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El dolor de la desdentada contra el SICA
La molestia de Murillo se deriva de la negativa y rechazo de los países del SICA a las propuestas de la dictadura para ocupar el cargo con militantes de la organización politico militar Frente Sandinista de Liberación Nacional, acusado de crímenes de lesa humanidad y todo tipo de abusos.
Los miembros del SICA primero rechazaron primero al exembajador sandinista y espía Valdrack Jaentschke, a quien luego Ortega nombró canciller.
En octubre, el canciller Jaentschke presentó una nueva propuesta de candidatas a la secretaría general del SICA, luego de que su propia candidatura fracasara.
La terna incluye a figuras cercanas al círculo de poder en Nicaragua: la diputada sandinista Arling Patricia Alonso Gómez, la ministra del Interior María Amelia Coronel Kinloch y Sonia Castro, asesora presidencial en salud y exministra de Salud.
Sonia Castro enfrenta sanciones internacionales de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Reino Unido y Suiza por su implicación en actos represivos y violación de derechos humanos en Nicaragua.
La diputada Alonso apareció este año en la Lista Engels de Estados Unidos por promover leyes represivas en la Asamblea bajo control de la dictadura.
Por su parte, la inmensa María Amelia Coronel es responsable de la disolución de más de 5,600 organizaciones no gubernamentales en el país, medida que ha afectado a múltiples organismos de derechos humanos y sociedad civil en Nicaragua.