Las dictaduras de Nicaragua y Venezuela, salieron de la cumbre de los BRICS con las manos vacías, después que el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, se opusiera a que ambos regímenes fueran invitados a ser parte del grupo.

La cumbre de los BRICS, celebrada en Kazán, Rusia, cerró la lista de países candidatos al estatus de socios del grupo económico.

Se consideraron trece naciones, entre ellas Cuba y Bolivia. Ni la petición de Ortega ni la de Maduro tuvieron eco luego de la negativa por parte del gobierno brasileño.

La presión de Itamaraty se produjo en medio de las tensas relaciones entre el Planalto y los dictadores de los dos países.

Sucesos antes de la derrota en BRICS

El 7 de agosto, la dictadura de Nicaragua expulsó al embajador brasileño en Managua luego de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva intentara mediar y apaciguar la ofensiva del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica en el país.

Brasil hizo lo mismo con el embajador del régimen un día después.

La cercanía de Lula con Nicolás Maduro, se deterioró tras el cuestionado resultado de las elecciones venezolanas.

Lula, antes aliado de Maduro, sugirió, junto a Estados Unidos y Colombia, la celebración de nuevas elecciones en el país y pidió la presentación de las actas electorales, lo que el régimen chavista rechazó.

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Ortega a Lula: «No andes de arrastrado»

Ortega durante una reunión del ALBA a finales de agosto, gritó que Lula que era un peón de los Estados Unidos por rechazar el fraude electoral de Maduro, luego del 28 de julio. 

“Si querés que te respete, respetá. Si querés que te respete el pueblo bolivariano, respetá la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andes allí de arrastrado”, le dijo Ortega al presidente Lula Da Silva.

Luego su hijo Juan Carlos Ortega, un vago corrupto al que en redes sociales le apodan «Juan Coca», atacó a Lula llamándolo «acomodado» y «traidor» al comunismo.

Los BRICS necesitan un consenso sobre los parámetros para admitir nuevos países y un equilibrio en la representación de las diferentes regiones del mundo en la asociación, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, quien lideró a Brasil en la Cumbre de los BRICS.

“Nuestra posición… es que la expansión de los BRICS debe basarse en criterios. Es decir, los nuevos miembros deben estar dispuestos a adherirse a los criterios y asumir compromisos que ya forman parte de la identidad del grupo. Es una cuestión de coherencia y de facilitar una expansión que fortalezca políticamente a los BRICS como una voz influyente en el mundo», afirmó Vieira.

Los BRICS, compuestos por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ganaron nuevos estados miembros a principios de año: Egipto, Irán, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, que aún está en proceso de unirse.

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