La ministra del Interior de Nicaragua, María Amelia Coronel Kinloch, ha reconfirmado la política de persecución, discriminación y exilio impuesta por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en una serie de recientes discursos donde afirmó que Nicaragua “solo tiene cabida para los sandinistas”.

Esta declaración ha generado fuertes críticas, particularmente en el contexto de su candidatura para ocupar el cargo de Secretaria General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), una posición que requiere neutralidad y un enfoque integrador para la región.

Coronel, una figura estrechamente alineada con el régimen sandinista, citó al exministro del Interior Tomás Borge, conocido por su papel represivo y sanguinario durante la década de 1980.

“El pueblo es, debe ser, para los sandinistas, como el fuego de los dioses en Nicaragua”.

AMELIA CORONEL KINLOCH

Estas palabras son una reafirmación de la exclusión sistemática de cualquier ciudadano o grupo que no se alinee con la ideología del régimen, cuya política ha llevado al encarcelamiento, el exilio y el destierro de miles de opositores.

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La gran ficha de Nicaragua para el SICA

Las declaraciones de Coronel han suscitado cuestionamientos sobre su idoneidad para representar a la región en el SICA, una institución que demanda imparcialidad en su liderazgo.

Analistas en relaciones internacionales advierten que su lealtad incondicional al régimen Ortega-Murillo podría comprometer la transparencia y la neutralidad que exige el cargo de Secretario General.

«Este tipo de discurso, que promueve la exclusión y la lealtad ciega a un régimen, está en claro conflicto con los principios de integración regional que defiende el SICA», señaló Sergio Araya, especialista en política regional.

La candidatura de Coronel genera escepticismo tanto dentro como fuera de Nicaragua.

La voluminosa ministra ha sido una figura clave en el aparato represivo del régimen, encabezando un ministerio señalado por violaciones a los derechos humanos, cancelaciones de ONG y universidades, y su contribución a la persecución política que ha llevado a miles de nicaragüenses al exilio.

Persecución sistemática bajo el régimen Ortega-Murillo

Las palabras de Coronel no solo reafirman su alineación con el régimen, sino que también reflejan la política de exclusión que ha caracterizado a la dictadura sandinista.

«No dejaremos que esos malos hijos de la patria nos arrebaten la paz», dijo en su discurso, en lo que muchos interpretaron como una amenaza directa a los opositores políticos y exiliados.

Bajo su liderazgo en el Ministerio del Interior, esta institución ha jugado un papel central en la represión de la disidencia, lo que incluye la cancelación de personerías jurídicas de organizaciones civiles y religiosas, confiscaciones de bienes y destierros masivos.

Los comentarios de Coronel, junto con su historial de represión, ponen en duda su capacidad para ocupar un cargo que exige trabajar en favor de la integración y el desarrollo de Centroamérica, en lugar de profundizar las divisiones políticas.

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