El Cerro Mokorón, en Nicaragua, es el centro de procesamiento de información de ocho estaciones rusas de vigilancia electrónica y espionaje que operan en el país, esenciales para permitir que el régimen de Daniel Ortega persiga a sus opositores y a la vez que sirve para interceptar las comunicaciones clasificadas de Estados Unidos y la OTAN.
Así lo señala un informe del Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), que afirma también que esas ocho estaciones de espionaje son operacionalmente accesibles para los rusos o están bajo control directo de Rusia.
Según el informe, “Nicaragua es el centro más visible de la vigilancia rusa debido al apoyo incondicional del régimen de Ortega a Putin y a los vínculos históricos con la antigua Unión Soviética”. Estas operaciones, dice, amenazan la seguridad nacional de Estados Unidos.
«La Dirección de Inteligencia Militar y Contrainteligencia del régimen de Ortega, conocida como Unidad 502, opera la base de Mokorón, y solo los funcionarios rusos pueden operar el sistema y acceder a la información recopilada», dice el informe titulado «Cómo la tecnología de vigilancia rusa está remodelando América Latina».
El autor es el investigador Douglas Farah, presidente de IBI Consultores y asesor principal para América Latina de la Coalición Internacional Contra las Economías Ilícitas (ICAIE).
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Espionaje ruso desde base militares sandinistas
«Este centro, que recopiló datos electrónicos y de vigilancia de ocho centros de escucha militar nicaragüenses a los que Rusia tiene acceso ilimitado, comenzó a funcionar en 2017 y desde entonces se ha expandido», añade el informe.
Además del centro de espionaje ruso que opera en una base del ejército sandinista en el cerro Mokorón, la investigación revela que esta opera como una extensión de la embajada de Rusia en Managua, a 6,3 kilómetros de distancia en Las Colinas.
Es decir, es área dejó de ser territorio nicaragüense para ser territorio ruso como lo son las embajadas.
“Lo que llama la atención del centro es que el edificio es propiedad oficial del Ministerio del Interior ruso, con privilegios especiales para operar en el país, hecho que consta en una placa de latón en ruso y español en el lateral del edificio, que identifica el edificio como «perteneciente» al Estado ruso», dice el informe.
Además, el centro figura como una extensión de la embajada rusa. «Oficiales rusos controlan el acceso a las instalaciones”, sostiene el documento.
Además del centro de Mokorón, múltiples desarrollos cibernéticos concurrentes parecen tener el objetivo compartido de conceder a los servicios de inteligencia rusos un mayor acceso a los datos latinoamericanos a través del régimen de Ortega.
La sede del rastreador estatal ruso de geolocalización GLONASS (Sistema Global de Navegación por Satélite), se encuentra cerca de la Laguna de Nejapa y está prohibido en Estados Unidos y gran parte de Europa por su doble uso en la recopilación de información de inteligencia.