Los nicaragüenses recibieron 2.926,3 millones de dólares en concepto de remesas familiares entre enero y julio de 2024, enviados principalmente de Estados Unidos.
La cifra representa un aumento del 11,5 % en comparación con los 2.623,9 millones de dólares captados en el mismo periodo del año anterior, informó el Banco Central de Nicaragua controlado por el régimen sandinista.
El crecimiento en el ingreso de remesas durante los primeros siete meses del año se debe, principalmente, al aumento de los envíos desde Estados Unidos, señaló la entidad bancaria en un informe divulgado desde Managua.
Del total de remesas recibidas en este periodo, el 82,6 % provino de Estados Unidos, sumando 2.416,5 millones de dólares, lo que representa un incremento interanual del 11,8 %, equivalente a 254,6 millones de dólares adicionales en comparación con el mismo lapso de 2023.
Nicas en Costa Rica aportan más de 200 millones en remesas
Costa Rica fue la segunda fuente más importante de remesas, aportando el 7,5 % del total (218,5 millones de dólares), seguida de España, que contribuyó con el 5,9 % (171,2 millones de dólares).
Estos tres países representaron el 95,9 % de las remesas recibidas por Nicaragua en dicho periodo, mientras que los flujos desde Panamá, Canadá, El Salvador y México representaron en conjunto un 2,24 % del total.
En 2023, Nicaragua recibió un récord de 4.660,1 millones de dólares en remesas familiares, un 40,5 % más que en 2022, según cifras oficiales del mismo Banco Central. De ese total, 3.563 millones provinieron de Estados Unidos, lo que reflejó la creciente dependencia económica del país hacia los nicaragüenses en el exterior.
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Más migrantes que en la primera dictadura sandinista
Las remesas familiares en 2023 equivalieron al 26,1 % del producto interno bruto (PIB) de Nicaragua, mientras que en 2022 representaron el 23 %, según datos oficiales.
Aproximadamente un 20 % de la población nicaragüense, estimada en 6,85 millones de personas, reside en el extranjero, principalmente en Estados Unidos y Costa Rica. Se calcula que la mitad de estos migrantes viven en condición de indocumentados.
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), al menos el 6,5 % de la población nicaragüense ha abandonado el país entre el inicio de la crisis sociopolítica en abril de 2018 y junio de 2023.
El éxodo ha sido el más grande en la historia de Nicaragua, incluso superando el ocurrido en los años 80, cuando el país vivió una guerra civil que dejó decenas de miles de muertos, según el informe «Situación de las personas nicaragüenses desplazadas forzadas», elaborado por el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Las políticas represivas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han acelerado la salida masiva de ciudadanos en busca de mejores oportunidades y seguridad en el extranjero.