Entre las 1,500 ONG eliminadas el 19 de agosto figuran dos viejas conocidas: la Asociación de Comunidad Eclesial de Base Santísima Trinidad, San Pablo Apóstol y la Asociación Comunidad Cristiana “San Pablo Apóstol” de la colonia 14 de Septiembre.
Ambas, fundadas en la llamada Teología de la Liberación y la denominada Iglesia Popular, actuaron como perseguidoras de la Iglesia católica.
Estas organizaciones profanaron templos, atacaron a sacerdotes y monjas, y levantaron cargos falsos y acusaciones criminales contra el clero y sus feligreses.
Sin embargo, no fueron excluidas de la purga masiva de la dictadura contra la sociedad civil.
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ONG sacrílega fue instrumento del FSLN
Así lo recordó el exiliado padre Edwin Román en su cuenta de X.
“Les hago recordar que la Comunidad de Base San Pablo de Managua, de origen sandinista y parte de la antigua mal llamada Iglesia Popular, fue uno de los instrumentos que la dictadura utilizó para promover una campaña sucia en contra de monseñor Silvio Báez, difundiendo un falso audio y recogiendo firmas para solicitar a la Santa Sede que lo sacara de Nicaragua».
Del mismo modo, recordó que este nefasto grupo ha promovido la división de la Iglesia católica desde la década de los 80.
De hecho, formaron parte del irrespeto a la eucaristía celebrada por el papa Juan Pablo II, en su primera visita el 4 de marzo de 1983.
Román también recordó que el 19 de noviembre de 2019, esta «comunidad de base» participó en la profanación de la Catedral de la Arquidiócesis de Managua.
Con banderas del partido sandinista y junto a paramilitares y fanáticos del régimen, golpearon a un sacerdote y a una monja dentro del sagrado recinto.
Origen de la ONG en el comunismo y la guerra fría
La comunidad fue fundada en 1966 por el sacerdote español y comunista José de la Jara.
Rafael Valdez Rodríguez, conocido por sus enfrentamientos con la Iglesia católica, quedó al frente de la comunidad y dirigió varios actos de violencia contra el clero.
El 18 de junio de 1993, Valdez lideró una turba de sandinistas que agredió al sacerdote Jorge Solórzano, quien ahora es monseñor y obispo de Granada.
En octubre de 2018, los hermanos Valdez acusaron a monseñor Silvio Báez de ser «golpista» y pidieron al Vaticano que lo retirara de Nicaragua.
Báez denunció ser «víctima de una campaña de represión y desprestigio» que incluyó la difusión de audios manipulados en su contra, supuestamente distribuidos por la comunidad liderada por los Valdez.
Verdugo murió por idólatra
Mercedes Guido, al frente de la Comunidad Eclesial de Base Santísima Trinidad, San Pablo Apóstol, Colonia Nicarao, también encabezó ataques contra religiosos católicos.
En 2018 y 2019, los miembros de sus bases se rebelaron y emitieron comunicados rechazando las agresiones y manipulaciones de estos dirigentes al servicio de la dictadura Ortega-Murillo.
Los ataques cesaron en julio de 2020, cuando Valdez, envalentonado por el discurso oficial de que el Covid-19 «era una enfermedad de ricos», desafío a Dios y se encontró con el diablo.
Murió contagiado por andar celebrando y asistiendo a eventos públicos promovidos por la dictadura que al final lo mandó a morir.