Las difíciles condiciones de trabajo de los medios independientes, la mayoría en el exilio, ha llevado a varios medios a reducir sus operaciones y en algunos casos, suspender sus publicaciones temporalmente, a como lo acaba de anunciar el medio Nicaragua Investiga.
Jennifer Ortiz, directora y fundador del medio digital, publicó en sus redes sociales el dramático anuncio:
“Desde @nicaraguainvest nos declaramos en huelga. No publicaremos contenido por una semana. Vamos a permitir que el país sepa cómo se ve con un medio menos, y ojalá un día no seamos más los que nos apaguemos, y no por una semana, sino por siempre…”, anunció.
“Creemos firmemente en que somos un medio necesario y esta huelga es por nuestro equipo, pero también por todos aquellos que merecen información dentro de Nicaragua y que necesitan un espacio donde sus voces sean escuchadas”, explicó.
Una denuncia que transpira humanismo
“Tenemos muchos frentes de batalla, pero los dos que más nos cuestan son: el régimen, que nos obligó al exilio, nos declaró criminales, nos desnacionalizó y nos persigue cada día, y quienes dicen valorar la democracia y el trabajo de la prensa libre, pero se rehúsan a pagar una membresía o apoyar nuestra continuidad de alguna manera, así como aquellas organizaciones que pueden hacer algo por el periodismo, pero no están al ritmo de nuestra realidad y nuestros desafíos”, denunció.
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No solo Nicaragua Investiga se pausa
Nicaragua Investiga se une así a otros medios que también han pausado, pero de manera indefinida, sus operaciones.
El pasado 7 de agosto, el observador de Alertas Libertad de Prensa Nicaragua denunció que el medio Nicaragua Actual se vio forzado a reducir su labor informativa por razones económicas.
Detalló que el periodista Héctor Rosales, socio fundador del medio, confirmó la medida e indicó: “lamentablemente nos vimos forzados a pausar nuestro trabajo o publicaciones”.
“Lamentamos la situación que enfrentan los medios de comunicación independientes, sabemos que hacen grandes esfuerzos para sostener sus proyectos y continuar informando a la población”, expresó el observador de medios.
El dramático caso de Treminio
En abril pasado, en otro caso dramático y desesperado, otro periodista puso en venta su computadora y la ofreció a cambio por un boleto aéreo para iniciar de cero en otro país y en otro oficio.
“He decidido poner fin a mis 10 años de carrera periodística en la que entregué alma, vida y corazón”, posteó en sus redes el periodista Juan Daniel Treminio, uno de los más de 260 periodistas que se encuentran en el exilio debido a la persecución del régimen.
En su post, Treminio expresó que tomará un «rumbo totalmente distinto», al oficio de periodista que desempeñaba como director de Coyuntura, su medio digital.
La peor crisis del periodismo en la historia del periodismo en Nicaragua
No hay duda que la dictadura ha sido la peor peste para el periodismo en Nicaragua. La crisis de los medios digitales de los periodistas independientes ha sido señalada en diversos informes por la organización Fundación por la Libertad de Expresión y la Democracia (FLED).
En su más reciente informe, de julio pasado, FLED denunció que muchos periodistas independientes que estaban exiliados en Costa Rica para ejercer la profesión, están optando a viajar a Estados Unidos mediante programas de migración, para dedicarse a otras labores.
Esto, ante la falta de recursos, las dificultades propias del exilio para sostenerse en los medios y en algunos casos, como protestas o reclamos ante la falta de apoyo de la comunidad internacional, las agencias de cooperación y de las mismas audiencias.
«La falta de estabilidad laboral y la insuficiencia de ingresos económicos han llevado a muchos profesionales abandonar la profesión y dedicarse a otras actividades económicas o emprendimientos que les brinden una mayor seguridad financiera».
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Exilio, cárcel, persecución y discursos de odio
En Nicaragua, la sangrienta y brutal dictadura de la familia Ortega-Murillo, ha llevado al exilio a más de 263 periodistas, debido a la represión de todo tipo, principalmente por la persecución de los esbirros policiales.
Hoy por hoy, Nicaragua es un país que no tiene un solo diario impreso y la policía hostiga a periodistas en sus propias casas, independientemente de que estén desempleados o jubilados.
Bajo la represión de la pareja criminal Ortega-Murillo, no solo se han exiliado más de 263 comunicadores, sino que cientos más quedaron en desempleo o renunciaron al servicio por temor a las represalias.
La dictadura además ha clausurado y confiscado más de 50 medios de comunicación desde las protestas sociales de 2018, cuando los Ortega-Murillo mandaron a asesinar a 355 personas.
En la actualidad, el periodista Víctor Ticay se encuentra detenido y condenado a ocho años de prisión por haber cubierto una procesión católica.
A la vez, la periodista Fabiola Tercero se encuentra desaparecida hace un mes luego de que su vivienda fuera allanada por los esbirros uniformados al servicio de la dictadura criminal.
En ese mismo contexto de represión, la periodista Nohelia González, ex editora de La Prensa, fue secuestrada por la dictadura, su vivienda allanada y desde entonces se encuentra desaparecida, entre rumores de haber sido desterrada o de seguir secuestrada en las celda de tortura.
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Dictadura también aniquila a los futuros periodistas
El gremio vive la peor época debido al odio visceral de la perversa co dictadora Rosario Murillo, quien desde la casa robada que le sirve de guarida desde 1979, destila pestilentes discursos de odio contra los medios y periodistas independientes mientras exalta el servilismo de sus periodistas empleados en los medios controlados por los hijos Ortega-Murillo.
Una investigación de la organización mundial Reporteros Sin Fronteras (RSF) divulgada en mayo pasado reveló que solo los medios digitales, que en su mayoría están en el exilio, «siguen informando sobre los abusos del gobierno” de Nicaragua.
Tanto es el odio de la desdentada tirana, que en agosto del año pasado confiscó la prestigiosa Universidad Centroamericana (UCA), que era el semillero de los más aguerridos profesionales de la comunicación.
En su lugar, fundó la “Casimiro Sotelo”, un remedo sin futuro y vergonzoso donde la carrera de Comunicación Social se ha convertido en una vulgar cátedra del peor periodismo del mundo: el oficialista de los medios sandinistas.
Libertad de expresión en su peor momento en Nicaragua
Nicaragua afronta una grave crisis de libertad de prensa y expresión, según revela un informe presentado ante el Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU.
La Red de Defensa Jurídica, compuesta por el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), documentó un alarmante incremento en la represión contra medios independientes y periodistas entre 2019 y 2023.
El informe destaca que en este período se registraron al menos 18,869 agresiones contra la libertad de prensa y el cierre de 49 medios de comunicación.
«El indicador entre 2019 y 2023 registró que más del 50% de los casos documentados fue el de agresiones y ataques a periodistas», señala el documento.
Según Fled, citada en el informe, los eventos represivos aumentaron drásticamente: de 202 en 2019 a 8,625 en 2023.
Entre las acciones más graves, se reporta la confiscación de oficinas de cinco medios: Radio Darío, Confidencial, 100% Noticias, LA PRENSA y Radio Vos de Matagalpa.
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Represión más allá de las fronteras
Salvador Lulio Marenco, abogado de la Red de Defensa Jurídica, explicó en una conferencia de prensa: «El Estado de Nicaragua puede tomar nota, pero no rechazar porque es un espacio voluntario y Nicaragua accede voluntariamente. Entonces, cada 2.5 años se debe dar seguimiento del cumplimiento de las recomendaciones».
El informe también menciona la detención de dos trabajadores de medios: Sergio Catarino Castilblanco Hernández, colaborador de Radio Stereo Libre, arrestado el 22 de abril de 2023, y Víctor Ticay, detenido el 6 de abril de 2023.
La represión se extiende más allá del periodismo.
El documento cita casos de artistas perseguidos, como la escritora Gioconda Belli, «forzada al exilio, despojada de su nacionalidad y confiscada», y el escritor Sergio Ramírez, entre otros.
En el anterior ciclo del EPU, que evaluó el período 2014-2018, Nicaragua recibió 259 recomendaciones, aceptando 135 y rechazando 124.
Dictadura reprobada de cara a próximo examen de DDHH
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más informó que 36 Estados realizaron 40 recomendaciones relacionadas con la libertad de expresión, asociación y religión, de las cuales el régimen de Ortega solo aceptó 16.
El gobierno nicaragüense, en su informe para el período 2014-2018, justificó la represión alegando haber «resistido al intento de un golpe de Estado, ganando nuevamente la paz».
La Red de Defensa Jurídica recomienda al gobierno nicaragüense «cesar el acoso judicial, policial e institucional contra voces críticas».
Además llama a «adoptar medidas inmediatas para liberar a los presos políticos, garantizar la libertad de los medios de comunicación, poner fin a la campaña de persecución religiosa, restablecer de inmediato la personalidad jurídica de organizaciones de la sociedad civil», entre otras.
El EPU, mecanismo de la ONU para evaluar el cumplimiento de las obligaciones de derechos humanos por parte de los Estados, se realiza aproximadamente cada cuatro años.
En esta ocasión, corresponde evaluar el período 2019-2024, en un contexto donde la libertad de expresión en Nicaragua enfrenta desafíos sin precedentes.