El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha vuelto a desatar la polémica al conceder, por segunda vez en menos de una semana, la nacionalidad nicaragüense a uno de los hijos de la terrorista palestina Leila Khaled.
La vieja terrorista, considerada «heroína» por la trasnochada dictadura sandinista, dirigió el secuestro de dos aviones entre 1969 y 1970 como miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).
La nueva resolución, divulgada en el diario oficial La Gaceta, otorga la ciudadanía nicaragüense a Bashar Fayez Rashid Helal, nacido en Siria y de nacionalidad jordana.
Esta decisión sigue a la nacionalización de su hermano, Bader Fayez Rashid Helal, anunciada el lunes pasado.
Ambos individuos, según el Ministerio del Interior, cumplen con los «requisitos y formalidades establecidas» para adquirir la nacionalidad, incluyendo su residencia continua en Nicaragua durante los últimos cuatro años.
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Política de doble rasero: destierra a sacerdotes y nacionaliza a terrorista
El otorgamiento de la nacionalidad a los hijos de Khaled ha generado críticas, ya que contrasta drásticamente con la reciente política del régimen de Ortega de desnacionalizar y desterrar a miles de nicaragüenses críticos con su gobierno.
Desde 2018, el régimen ha intensificado la represión contra opositores, desterrando a más de 300 ciudadanos a quienes les retiró la nacionalidad, confiscó bienes y eliminó sus registros legales.
El más reciente destierro ocurrió hace menos de 48 horas, al secuestrar y desterrar a siete sacerdotes católicos a Roma.
Esta política represiva alcanzó un nuevo nivel en febrero de 2023, cuando Ortega expulsó a 222 presos políticos y 94 opositores, incluyendo sacerdotes, periodistas y activistas.
A todos ellos también les quitó la nacionalidad, utilizando una ley recientemente aprobada que considera «traidores a la patria» a quienes se opongan al gobierno.
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Nacionalización de figuras controvertidas y terroristas
La concesión de la nacionalidad a los hijos de Khaled se suma a una lista creciente de personas vinculadas a actividades delictivas o controversiales que han recibido refugio en Nicaragua bajo el régimen de Ortega.
Entre los nacionalizados se encuentran personajes como el libio Ahmed Omar Alhadi Hemmali y el italiano Alessio Casimirri, involucrado en el asesinato político de Aldo Moro en 1978.
Estas acciones revelan un patrón claro del régimen sandinista: mientras persigue y reprime a los ciudadanos que desafían su autoridad, ofrece protección y nacionalidad a individuos con antecedentes cuestionables.
Algunos de ellos están acusados por delitos de terrorismo y corrupción en sus países de origen, como el caso del terrorista italiano Alesio Casimirri.
Leila Khaled: una figura emblemática en la agenda del clan Ortega
Leila Khaled, madre de los recién nacionalizados, es una figura «simbólica» para el régimen sandinista.
Fue invitada especial en las celebraciones del 45 aniversario de la Revolución Sandinista, el pasado 19 de julio.
Khaled fue conocida por su participación en actos de terrorismo que marcaron un punto álgido en el conflicto árabe-israelí.
Su estrecha relación con el gobierno de Ortega subraya la afinidad del régimen con figuras y movimientos radicales, mientras aplasta sin piedad a los nicaragüenses que buscan libertad y justicia.
La paradoja entre la acogida de estas figuras y la represión de sus propios ciudadanos pone en evidencia la hipocresía y la agenda de control absoluto del régimen sandinista, dejando un rastro de sufrimiento y desolación entre aquellos que aún se atreven a alzar la voz en Nicaragua.