El padre Marcos Somarriba, párroco de la iglesia Santa Agatha en Miami, señaló que quienes persiguen, encarcelan y tratan de silenciar y acorralar las casas de Dios ya tienen la guerra perdida, ya fracasaron.

Somarriba afirmó que quien se encierra en su ego, corre el riesgo de poner en peligro a los demás y quienes tienen complejos enfermizo mesiánicos, viven una falacia. Sus palabras se dan en un nuevo contexto de represión y perseución en contra de sacerdotes y laicos de la iglesia en Nicaragua.Dictadura Ortega-Murillo ejecuta nueva ola de secuestros a sacerdotes

Basado en el evangelio de Juan referido al diálogo de Jesús con la gente a la que había alimentado explicándoles, la multiplicación de los panes como símbolo del nuevo Éxodo y de la Cena Eucarística, el Señor hace énfasis en la importancia del pan espiritual más que el material.

«La gente busca a Jesús porque quiere más pan. Tampoco entiende el milagro de la multiplicación de los panes. La gente ve lo que acontece, pero no llega a entender todo esto como una señal de algo más profundo», dijo Somarriba.

«La gente se detiene en la superficie: en la hartura de la comida, y satisfecha su hambre hacen padecer hambruna a los demás a su alrededor, buscan pan y vida, pero sólo para el cuerpo. Según la gente, Jesús hizo lo que Moisés había hecho en el pasado: alimentar a todos en el desierto, hasta la saciedad, pero estaban equivocados», explicó el prelado.

Y así sigue pasando hoy, añadió. «Dicen y gritan que el pasado debe de hacerse presente y lo que en realidad pasa es que lo pasado hecho presente es peor de lo que fue, el mal siempre engendra mal, nunca el mal produce bien. Jesús pide a la gente que dé un paso más, ese paso más sigue estando presente en medio de nosotros, ir, salir de nuestro ego».

En ese sentido, Somarriba planteó que existen personas que se autoproclaman y se venden como aquellos que son indispensables para que los demás tengan vida, que «se declaran dueños, capataces y terratenientes de lo que no es suyo, echemos un vistazo a los nuevos ricos que nunca trabajaron o edificaron algo que responda y de la cara por lo que acumulan hoy».

«Los nuevos salvadores de pueblos eran nada, no tenían nada, no hicieron nada y ahora tienen todo y poseen lo que nunca produjeron son el sudor de frente, se imponen y se venden como los salvadores y padecen del síndrome enfermizo del complejo mesiánico, sin ellos no va la cosa, no funciona la cosa, su complejo mesiánico les lleva a pensar que son amados, admirados, viven una falacia», afirmó.

La incomodidad con los profetas

Somarriba aseguró que Jesús es el verdadero Pan, quien todavía hoy incomoda porque sus palabras son necias en los oídos sordos de la verdad. «Jesús es el único que nos da la vida que dura por siempre, porque todo pasa, tarde o temprano todo se acaba, todo tiene caducidad. Jesús abre para nosotros un horizonte sobre el sentido de la vida y sobre Dios», dijo.

Y es, dijo el párroco de Santa Agatha , ese verdadero Pan el que está siendo amenazado y quiere ser eliminado, al que se le quiere sacar del medio porque contagia, alimenta y fortalece contra el mal, contra el egoísmo, contra la maldad escogida y encarnada presente hoy.

«La guerra contra el cuerpo de Cristo, la persecución es contra todo aquel que se dedica a hacer presente el Pan del cielo, los que hacen la guerra y persiguen a los hombres que se ofrecieron y se siguen ofreciendo, voluntarizándose a ser medios para que se haga presente este pan bendito, pan que da esperanza, aumenta la fe y da fuerzas ante las dificultades, esos que persiguen, encarcelan y tratan de silenciar y acorralar las casas de Dios ya tienen la guerra perdida, ya fracasaron, porque Dios ha hecho renacer su iglesia desde las catacumbas y lo volverá hacer», indicó el padre Marcos.

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