El padre Marcos Somarriba, párroco de la iglesia Santa Ágatha en Miami, reflexionó sobre un pasaje del libro del profeta Jeremías por la relevancia que hoy como lo fue en su tiempo. Este mensaje, dijo el sacerdote, habla directamente a la situación de las personas, líderes y gobernantes que abusan de su poder, dispersando y descuidando a aquellos que están a su cuidado.
«Dios, a través de Jeremías, nos ofrece una esperanza de justicia y restauración, prometiendo un líder que gobernará con sabiduría y justicia», dijo Somarriba.
Recordó que el profeta Jeremías profetizó en el reino de Judá durante los reinados de los últimos reyes antes del exilio babilónico y que su mensaje fue principalmente de advertencia sobre el juicio venidero debido a la infidelidad del pueblo y sus líderes.
Judá enfrentaba una profunda crisis moral, política y espiritual. Los líderes (tanto religiosos como políticos) eran corruptos, y el pueblo se apartaba de Dios. Este período culminó con la conquista de Jerusalén y el exilio a Babilonia.
Lea: Somarriba: «La Iglesia verá pasar el barro muerto en los ataúdes de sus enemigos»
Hacer sufrir al pueblo es crimen de lesa humanidad
Jeremías señaló a «pastores» (líderes) que han fallado en su deber de cuidar al pueblo y en la promesa de un futuro líder justo.»¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!» Los pastores representan a los líderes y gobernantes que han sido infieles en su deber de cuidar y guiar a su pueblo. indicó Somarriba.
«Muchas personas y muchos líderes y gobernantes actuales actúan con corrupción, egoísmo y abuso de poder, poniendo sus intereses personales por encima del bien común», dijo el prelado.
«Son egoístas ideológicos, siguen y edifican una ideología y se autoproclaman dueños y señores de lo que no es suyo y no lo han trabajado. Esto lleva a la dispersión y sufrimiento del pueblo. La falta de cuidado por el bienestar de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, es una forma de abuso que causa gran daño a la sociedad. Es un crimen de lesa humanidad», añadió el párroco de Santa Ágatha.
Asimismo expresó que Dios afirma que pedirá cuentas a los pastores y líderes infieles por la maldad que han cometido y que promete restauración y justicia.
Dios no amenaza, pero si advierte en defensa de los suyos
El padre Somarriba dijo que Dios exige de todos responsabilidad moral y ética para con los demás y que los líderes deben recordar que más ellos para con aquellos a quienes sirven.
«La justicia divina asegura que nadie escapará de sus responsabilidades, y si pensamos que esta advertencia es una amenaza nos estamos equivocando, Dios no amenaza a nadie, sino que promete su defensa de lo suyo y de los suyos, es una promesa que Dios cumplirá y la llevará a cabo porque Dios es celoso y amoroso de cada uno de nosotros», explicó.
«En Dios -sostuvo el sacerdote- no cabe la salvajada del ser humano contra el ser humano. Dios exige de nosotros ser responsables del prójimo y cuidarnos unos a otros. Dios nos manda a pastorear y no a descuartizar a sus ovejas, a descuartizar al prójimo, o a su pueblo».
Por ello dijo que como ciudadanos y personas de fe, se debe exigir justicia y responsabilidad a todo líder o gobernante, denunciando los abusos y luchando por un liderazgo justo ya que esto es asunto de todos y no de algunos nada más.
«Los líderes de hoy, tanto en la Iglesia como en la sociedad, deben mirar a Jesús como el modelo perfecto de liderazgo. Jesús todo lo hizo bien, paso haciendo el bien, su mansedumbre, la mansedumbre en Jesús no significa debilidad, sino una fuerza controlada. Es una disposición gentil, paciente y bondadosa, incluso en situaciones de provocación o injusticia. Su humildad, la humildad es reconocer nuestra dependencia de Dios y nuestra necesidad de su gracia. y su compromiso con la justicia deben ser nuestra guía», concluyó Somarriba.
Marcos Somarriba