El padre Marcos Somarriba, párroco de la iglesia Santa Agatha, exhortó a estar atentos a quienes con lenguaje y acciones engañosas, pretenden venderse como quienes promueven justicia social y responden a las demandas de los pueblos, pero que al final sus frutos son perjudiciales para las libertades y aspiraciones de los ciudadanos.
Somarriba al celebrar el domingo la Solemnidad de la Santísima Trinidad, invitó a reflexionar, experimentar y vivir a Dios en la trinidad en una manera sencilla, pero profundizando sobre el significado de un solo Dios en tres personas distintas de una manera edificante y esperanzadora para la familia, para la sociedad y para cada nación que tiene hambre y sed de justicia, de paz y de amor.
«La Santísima Trinidad es una perfecta unidad de tres personas distintas. Esta relación de amor y comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sirve como modelo para la sociedad humana».
«En la convivencia social, esta idea se traduce en la promoción de la unidad y la solidaridad entre las personas, respetando y valorando sus diferencias», dijo Somarriba.
Sin embargo, recordó el sacerdote que existen pueblos en los que se vende la idea de que quienes gobiernan, buscan lo mejor para los habitantes, pero que entre ellos hay quienes son esclavos de avaricia y poder ilimitado.
«Y entonces someten a la mayoría por sus intereses propios, imponiendo su visión y manera de vivir, olvidándose entonces del respeto a las diferencias», dijo.
«Por mucho que se persignen y santigüen…»
«Conocemos en carne propia que la injusticia social y económica son contrarios a la solidaridad y el bien común: La doctrina social de la iglesia, y toda comunidad o nación inspirada en la Trinidad, promueve la justicia social y el bien común», dijo Somarriba.
«No obstante, las injusticias económicas causadas por la avaricia y el robo, la explotación laboral y la pobreza extrema son evidencia de sistemas que no están alineados con estos valores».
«Por mucho que se llenen la boca con lenguaje espiritual y se persignen y santigüen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo por sus frutos podridos se dan a conocer. La falta de solidaridad y el predominio de estructuras injustas evidencian una desviación de los principios trinitarios», añadió.
Asismimo el sacerdote Somarriba añadió que hay que estar atentos porque en «nuestras naciones están experimentando los ríos revueltos, ganancia de pescadores, provocados a propósito para crear pánico y caos en medio de pueblos que quieren vivir en paz, en igualdad, sin ser empujados a estar unos en contra de los otros».
«La desigualdad y la discriminación son armas utilizadas por quienes sin escrúpulos ven en estos ríos revueltos sus propios beneficios egoístas. Ellos saben que provocando la desigualdad y la discriminación entre la gente solamente provocan conflicto y violencia, que son la base sobre la cual fundamentan su existencia», sostuvo.
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Los «frutos podridos» de los que tiene el «ego hinchado»
De igual manera Somarriba recordó que la comunión dentro de la Trinidad es un modelo de relación mutua y de amor desinteresado, que siempre está amenazado por el individualismo y el egoísmo que predomina en muchas sociedades modernas, donde el interés personal y la satisfacción individual a menudo se anteponen al bien común y a las relaciones comunitarias.
«Vivimos las consecuencias en los frutos podridos de individuos de egos hinchados que no les permite que la sangre les llegue al pensamiento, causando así solamente caos, desorden, dolor, división, alienación».
«No les llega la sangre y oxigeno a sus mentes perversas para poder pensar en el bienestar común y no en el propio», señaló el párroco de Santa Agatha.