En un movimiento diplomático peligroso para Estados Unidos, la dictadura de Nicaragua expresó su intención de establecer relaciones diplomáticas con el régimen Talibán de Afganistán.
Así lo anunció la agencia de prensa oficialista afgana, Bakhtar News Agency, tras un encuentro entre los embajadores de ambos países en China.
Durante la reunión en Pekín, Michael Campbell, embajador de Nicaragua en China, se reunió con Mawlavi Bilal Karimi, embajador del Emirato Islámico de Afganistán en China.
En el encuentro, Campbell entregó una carta de condolencias del dictador nicaragüense Daniel Ortega al líder supremo del Emirato Islámico.
Ahí Ortega le expresó su solidaridad tras las recientes inundaciones en Afganistán y el deseo de una alianza.
La agencia Bakhtar informó que el embajador afgano agradeció el mensaje de Ortegay su deseo de «establecer buenas relaciones y fomentar la cooperación en varios sectores con el régimen Talibán».
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Talibán, otro Estado paria como el sandinismo
Nicaragua, bajo la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha buscado estrechar lazos con naciones que también se encuentran en oposición a las políticas de Estados Unidos.
Este acercamiento con el régimen Talibán se enmarca en una estrategia más amplia del régimen nicaragüense para aliarse con países considerados enemigos de Washington, tales como China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela, Corea del Norte y Libia.
La decisión de Nicaragua de establecer lazos diplomáticos con el régimen Talibán de Afganistán, se suma a una serie de alianzas que desafían las sanciones y advertencias de Estados Unidos.
En este contexto, el régimen de Ortega y Murillo continúa expandiendo su red de aliados, buscando apoyo y cooperación en medio de un creciente aislamiento internacional.
El desarrollo de estas relaciones y su impacto en la región será observado de cerca, mientras Nicaragua persiste en su política de alianzas con países que se oponen a la hegemonía estadounidense.