El sacerdote exiliado, Erick Díaz, reaccionó a la presentación del Obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, quien permanece secuestrado y condenado por la dictadura a 26 años de prisión. Díaz expresó preocupación por la apariencia física del jerarca católico a un año y tres meses de su secuestro.
Ocho meses después, el régimen sandinista mostró al Obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, según informó el Ministerio de Gobernación al servicio de la dictadura en una nota de prensa. Según la dictadura, Álvarez se encuentra en “condiciones de reclusión preferenciales”.
“Hay una diferencia entre la primera presentación y la última. En la primera vimos a un Obispo fuerte y más estable, pero en esta segunda lo vimos cansado, enfermo y casi en condiciones deplorables. La primera impresión como sacerdote y cristiano es un dolor de corazón y conciencia”, dijo Díaz en una entrevista a Café con Voz.
Díaz expresó en la entrevista que, en esta ocasión, aunque Álvarez no fue requerido para brindar declaraciones a los medios de comunicación de la dictadura, dio su mensaje sin hablar.
“El mensaje de Monseñor Rolando siempre es el amor. Aunque lo vemos sereno, lo vemos un poco cansado físicamente, estoy seguro que en su interior hay mucha paz hay mucho amor es un hombre de Dios. Es un mensaje de resistencia pacífica de resistencia en la verdad y en la oración”, consideró Díaz.
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Es un montaje
Al igual que otras voces críticas a la dictadura, Díaz considera que la presentación consistió en un montaje de la dictadura en su afán por demostrar que el jerarca católico está en buenas condiciones.
“Una vez que las cámaras se apagan una vez que ya no están grabando y no están fotografiando y una vez que la familia abandona el lugar, pues ellos vuelven a lo mismo, ya vuelven a la persona a las cárceles, eso solo lo hacen para mostrar un show”, afirmó Díaz.
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A la vez, reiteró que los creyentes deben mantener las oraciones por la pronta liberación de Álvarez y demás secuestrados políticos.
“Yo creo que el llamado la invitación a aquellas personas que, aunque no sean cristianos católicos, pues seamos un poco un poco sensible ante esa realidad un poco cercano a ese dolor”, reiteró.