Voz de América
Doce sacerdotes detenidos por motivos políticos fueron liberados este mes en Nicaragua y enviados al Vaticano. En Venezuela 6 opositores del gobierno de Nicolás Maduro también fueron liberados en octubre como parte de las negociaciones con la oposición y actores de la comunidad internacional.
En más de medio siglo de gobierno socialista en el poder en Cuba han ocurrido al menos 5 liberaciones masivas de personas detenidas y condenadas por razones políticas.
Sin embargo, en los tres países continúan personas detenidas por delitos asociados al disenso político. Entre los perfiles de estas personas presas en los tres países destacan los militares, las mujeres y los estudiantes.
En un mapa interactivo publicado en el mes de septiembre pasado, el grupo Amnistía Internacional ubicó a Cuba, Venezuela y Nicaragua entre los países en los que se “revela violencia sancionada por el Estado contra quienes protestan en todo el mundo”.
“La protesta pacífica es un derecho, no un privilegio, y un derecho que los Estados tienen el deber de respetar, proteger y facilitar. Sin embargo, el derecho a la protesta está cada vez más amenazado, pues las autoridades usan fuerza ilegítima contra las personas en más de 85 países’, indicó Patrick Wilcken, investigador de Amnistía Internacional sobre Asuntos Militares, de Seguridad y Policiales.
Consultado por la Voz de América para este artículo, el jurista y analista político cubano Raudiel Peña, radicado en México, basa las similitudes entre los tres países en lo que cataloga como el proceder de «regímenes autocráticos», que de acuerdo con la definición, se distinguen por concentrar el poder en una sola figura, cuyas acciones y decisiones no están sujetas ni a restricciones legales externas, ni a mecanismos regulativos de control popular.
«Tanto Cuba, Nicaragua y Venezuela hoy son regímenes autocráticos. Por definición es común-y sobre eso hay suficiente evidencia histórica y actual- que (hay) presos políticos porque de alguna manera han pretendido cuestionar el poder o un régimen autocrático».
Cuba
El gobierno de Cuba, de ideología socialista, está en el poder desde la revolución de 1959 liderada entonces por el fallecido expresidente Fidel Castro. La Constitución cubana reconoce legalmente a un solo partido, el Comunista. Aunque por décadas han surgido partidos opositores, estos no son legales, ni tienen acceso a los medios en control de Estado.
«… Debemos decir aquí, de una vez y por todas, que no necesitamos más que un partido», dijo Fidel Castro durante un discurso en julio de 1988.
En mayo del 2021, la prensa oficial volvió a publicar el mismo discurso: «Lo digo para que se quiten las ilusiones los que creen que aquí vamos a empezar a permitir partidos de bolsillo, ¿para organizar a quién, a los contrarrevolucionarios, a los pro-yankis, a los burgueses? ¡No!, aquí hay un solo partido».
Así y todo, organizaciones opositoras y partidos políticos han intentado promover el cambio en la isla, entre ellas el Proyecto Varela o la iniciativa de ley liderada por el fallecido activista político Oswaldo Payá en 1998 y basada en un artículo de la Constitución de 1992 en virtud de la cual los ciudadanos podían proponer leyes si 10.000 electores registrados presentaban sus firmas a favor de la propuesta.
Existe no obstante un Registro de Asociaciones cubanas de la Sociedad Civil, que es parte de una iniciativa impulsada entre otros por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH). Este ente busca -de acuerdo con su descripción- suplir «lo que en una democracia sería una función del estado».
Este registro independiente y «no otorga personalidad jurídica a la organización inscrita», pero les permite publicitarse, homologarse, ganar en visibilidad política y pretende otorgar carácter cívico.
De acuerdo con las organizaciones Prisoners Defenders y Justicia 11J, en Cuba hay 1.052 personas encarceladas bajo acusaciones de delitos descritos como desacato, desórdenes públicos, atentado o sedición, de acuerdo con el código penal vigente.
Organizaciones de DDHH tanto en Cuba, Nicaragua como Venezuela consideran que en los tres países hay un sostenido deterioro de sus instituciones democráticas. Estos gobiernos, en cambio, consideran a sus opositores como personas contrarias a los intereses nacionales y «mercenarios» de potencias extranjeras como EEUU.
En Cuba, los poderes ejecutivo, judicial y electoral están bajo el control del Partido Comunista.
Hasta el mes de agosto, Prisoners Defender, una entidad de la sociedad civil independiente de Cuba basada en España, registró que de los 1.045 presos por motivos políticos, 115 son mujeres y 36 menores de 18 años.
Nicaragua y Venezuela vs. Cuba
Expertos consultados sostienen que existen diferencias entre los tres países en cuanto a la convivencia con opositores debido, en parte, a que son procesos políticos que surgen en situaciones históricas diferentes.
“La gran diferencia está en que Venezuela y Nicaragua vienen de contextos diferentes al cubano”, explica Peña. “El régimen autocrático cubano actual se deriva de una revolución …eliminó el pluripartidismo, ilegalizó toda la oposición política».
Peña agregó que «Nicaragua y Venezuela vienen de dos procesos diferentes: ahí no podemos hablar de dos revoluciones, en referencia a los gobiernos actuales”.
En la semana en que la VOA preparaba este reporte, la cubana Aniette González García -por ejemplo- fue presentada ante un tribunal en la ciudad central de Camagüey, acusada de violar el Artículo 269, Capítulo III del Código Penal, que refiere al “ultraje a los símbolos nacionales”.
El hecho concreto fue que González se cubrió el 23 de marzo de 2023 con la bandera cubana y se hizo fotos en la sala de su casa, apropiándose de una performance que vio en redes sociales en apoyo al artista y opositor encarcelado Luis Manuel Otero Alcántara.
La vista oral de González se celebró el pasado 4 de octubre. La petición fiscal es de cuatro años de cárcel, lo cual fue confirmado vía telefónica por su hija, Aniette Ginestá, en conversación con la VOA.