“Estoy libre del cuerpo, pero mi espíritu sigue preso”. Así describió el excarcelado político Edward Lacayo, conocido como “La Loba Feroz”, su sensación después de casi cuatro años de permanecer secuestrado en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro “La Modelo”.
Lacayo, de 49 años, fue detenido el 14 de marzo de 2019 en la comunidad El Ostional, del departamento de Rivas. Al ciudadano, conocido como «La loba feroz», la Policía Sandinista lo presentó el 15 del mismo mes como narcotraficante.
Según fuentes, revelaron a medios de comunicación que el ex secuestrado de la dictadura intentaba exiliarse a Costa Rica por puntos ciegos.
¿Cómo te sentís después de ser excarcelado?
En marzo cumpliría cuatro años. La verdad es que no me siento libre todavía. Quizás mi cuerpo está acá, pero mi espíritu está en Nicaragua, donde está mi familia. No es que esté huyendo, porque de todos modos me trajeron a la fuerza.
Nicaragua es la tercera prisión más grande de Latinoamérica. Hay personas en Nicaragua que las siguen persiguiendo y que no son reconocidos como presos políticos.
Leer además: EEUU busca restos de tres objetos voladores derribados en días recientes
Estuve en una urna de acero y las ofensas de los alcaides eran mis noticias. Por eso sabía de vos y sabía de los demás.
¿Qué es lo más importante en este momento?
Lo más importante ahora de nuestra libertad. Todo nicaragüense con sus oraciones fueron los que nos daban esa fuerza. Los morados y los golpes pasaban, pero el sufrimiento de mi familia era lo que me dolía.
Leer también: En Fotos: primeras horas en libertad de ex prisioneros políticos nicaragüenses
¿Sentiste que había alguna saña contra tu persona?
Si y yo prefería que fuera conmigo y no con otros muchachos. Hace unos días golpearon a Kevin Solís y lo peor que podía pasar era enmudecer. A él lo golpearon solo porque estaba solicitando algo.
En ese momento, volví a vivir todas las atrocidades de Masaya. Mi peor tortura fue pensar en esa gente y pensar cómo le estaban haciendo.
Muchos reos comunes nos apoyaban y nos pasaban comida. Cuando la guardia se daba cuenta, vieras lo que les hacían.
Ahora pienso que las luchas de poder fueron las que permitieron que este tirano permaneciera más tiempo.
¿Qué sigue después de este destierro?
Voy a estar donde el pueblo decida, pero siempre en la lucha. Ahorita si necesito recuperarme, porque tengo siete días sin dormir. Le agradezco al gobierno de Estados Unidos y a ustedes, los periodistas.
Yo les recomiendo a los demás que descansemos un poquito y que nos recuperemos.
El dictador dice que todos los que vinieron en ese avión no son nicaragüenses, ¿vos sos nicaragüense?
Yo les quiero mostrar mi pasaporte: fui expulsado de Nicaragua y me entregaron un pasaporte nicaragüense. Yo soy orgullosamente nicaragüense de Monimbó.
¡Qué interesante observar la caída de un tirano! Y esto es apenas el inicio de la caída de este tirano.
Le puede interesar: Báez: «Los condenados son ellos; ellos están por acabar»
Quiero llamar al pueblo a la sensatez y al amor por Nicaragua. Seamos pacientes y pidámosle a nuestro Dios que nos libere pronto de esta inmensa cárcel.
¿Qué le dirías a tu pueblo de Monimbó?
Tengo tantas cosas que decirle a Monimbó, con ese corazón irreverente. La historia se repite y yo ocupé los zapatos de mi papá y no quiero que mis hijos ocupen mi lugar.
Siempre tengo a Monimbó en mi corazón y a toda Nicaragua.