Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa, enfrentará un juicio en su contra el próximo 15 de febrero. La jueza al servicio de la dictadura de Daniel Ortega, Nadia Tardencilla, adelantó la celebración del juicio que inicialmente estaba programado para el 28 de marzo.
Una fuente allegada al régimen sandinista confió a Café con Voz, bajo condición de anonimato, que la disposición de la judicial al servicio de la dictadura, puede deberse a que no existen más actas de la Fiscalía para continuar con el proceso bajo la figura de tramitación compleja.
El obispo es acusado de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas”. La titular del juzgado Segundo Distrito de lo Penal de Juicio de Managua al servicio de la dictadura, tendrá solamente un plazo de seis meses para juzgar a Álvarez, una voz crítica al régimen de Ortega y Rosario Murillo.
Esta información se da a conocer después que Tardencilla, condenara a 10 años de cárcel, a tres sacerdotes, un diácono, dos seminaristas y un reportero gráfico de Matagalpa.
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El 13 de enero, la dictadura sandinista notificó que el Poder Judicial, a su servicio, admitió acusación presentada por la Fiscalía contra el Obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, por los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüenses.
Álvarez Lagos, de 56 años, es el primer obispo arrestado y acusado en la historia de Nicaragua, algo que solo ha ocurrido en el régimen de Ortega quien retomó el poder en Nicaragua en 2007.
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El jerarca, obispo de la diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, fue sustraído la madrugada del viernes 19 de agosto por agentes policiales del palacio episcopal provincial junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo, después de haber estado 15 días confinados en “curia por cárcel”.
La guardia sandinista, que dirige Francisco Díaz, consuegro del dictador Ortega, acusó en aquel momento al obispo de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».