La dictadura de Nicaragua confirmó este domingo 1 de enero, que Daniel Ortega visitó a su hermano y exjefe del Ejército Sandinista, Humberto Ortega, luego que se difundieran imágenes en redes sociales donde se observaban la caravana del tirano ingresando a un complejo de viviendas.

La dictadura confirmó que la visita se registró el 23 de diciembre, día del 50 aniversario del terremoto que destruyó Managua en 1972.

Molestos con especulaciones

Sin embargo, el régimen no vio de buena manera la difusión de las imágenes, ya que en el comunicado tildó de “grosera e insolente especulación” los comentarios que giraron alrededor de la visita.

La dictadura aseguró que se trató de una visita con “espíritu humanista”, ya que Humberto Ortega se encuentra grave de salud.

“Animado por los vínculos de familia sanguínea, el Comandante Daniel quiso saludar a su hermano, quien está muy debilitado, sin ninguna pretensión o intercambio político, que nunca fue el objetivo de su visita, pues en ese plano no existe, ni se prevé, comunicación alguna”, señaló el comunicado de El Carmen, escrito por Rosario Murillo.

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Añadió que Daniel Ortega, enterado y consciente del serio deterioro y gravedad de la salud de su hermano, “tuvo el gesto de acudir personalmente a expresar su solidaridad”.

El comunicado de Murillo “deja completamente claro que toda otra versión sobre ese encuentro humanitario es grosera e insolente especulación, insensata manipulación, completa falsedad, y evidentes, fraudulentas, irresponsables, lamentables, e imposibles, mentiras y engaños”.

Diversas versiones sobre encuentro

Previo a la divulgación del comunicado, circulaban especulaciones alrededor de la visita, la cual, pudo haber provocado el disgusto entre Ortega y Murillo, que se evidenció en una emisión pública.

Por otro lado, también se especulaba que la visita fue de carácter político y que Daniel Ortega estaría buscando colaboración de su hermano Humberto para “encontrarle una salida a la crisis”.

Finalmente, la otra especulación es que la reunión abordó el supuesto disgusto de algunos mandos del Ejército Sandinista y que Humberto Ortega podría colaborar con la dictadura para apaciguar la inconformidad.

Reencuentro luego de acusaciones

En 2018, Daniel Ortega, arremetió de lleno su hermano a quien llamó ‘peón’ y ‘servidor de la oligarquía y del imperio’ (Estados Unidos).

El ataque lo lanzó durante el acto de clausura del XVI Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), en Managua.

La reacción del tirano, en la picota por la cruenta represión de protestas populares que empezaron en abril –cuando intentó imponer una reforma la seguridad social– y que derivaron en de una demanda para que renuncie, tuvo lugar ante reiteradas manifestaciones de Humberto, quien ha pedido al mandatario anticipar las elecciones previstas para el 2021 como una forma de decir “sí a la paz” y abrir la vía para facilitar la recuperación de la economía, la inversión y el turismo.

Posteriormente, en una entrevista a una cadena internacional, Humberto Ortega confirmó que la comunicación con su hermano estaba fracturada y dejó entrever que no existen buenas relaciones con la vocera de la dictadura Rosario Murillo.

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