Los opresores y regímenes tiranos buscan silenciar las alabanzas de la población impidiendo las manifestaciones religiosas a través de la intimidación, señaló el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, en su homilía dominical de es te 9 de octubre.
“Los tiranos le tienen miedo a la fe, al canto, al baile y a la alegría del pueblo que brota de su fe en Dios. No permitamos que la opresión y la crueldad de los poderosos logre silenciar jamás el canto de la fe, ni callar la voz agradecida del pobre que canta a Dios. Sé que es difícil. No es un canto fácil”, dijo Báez desde la Iglesia Santa Aghata, en Miami, Florida.
La homilía de Báez hace referencia a la reciente prohibición de la dictadura sandinista a las procesiones, especialmente a las de San Jerónimo, en Masaya, ciudad que permaneció fuertemente sitiada por la Guardia Sandinista, para evitar que saliera la imagen del santo, el pasado 30 de septiembre.
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“Alabar al Señor y darle gracias también allí donde lo sentimos ausente, nos ensancha el corazón, nos hace fuertes y nos permite aferrarnos a Dios, que nunca nos abandona ni nos retira su amor.Dios está de parte de quienes luchan por un mundo nuevo, liberado de tantas lepras que denigran y humillan la dignidad humana”, añadió.
Además, reiteró la importancia de la oración ante los momentos difíciles que enfrenta Nicaragua.
“La oración confiada dirigida al Señor vence la soledad, sana los corazones heridos, nos ayuda a superar nuestros miedos, nos libera de las esclavitudes que nos humillan y hace resurgir la esperanza cuando parece que ya no hay nada qué hacer”, señaló.
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Añadió que cuando los hombres imponen barreras que dividen y se imponen con su crueldad destruyendo la dignidad de las personas, queda siempre el último recurso, el más poderoso: la oración.
Critica divisionismo en la sociedad nicaragüense
El jerarca católico se pronunció contra las divisiones de los grupos sociales en Nicaragua, mismas que consideró que forman parte de “egoísmos estériles”.
“En la sociedad hay diversidad de visiones y de estrategias entre las personas y los grupos, –y es bueno que así sea–, pero hay que caminar juntos, esforzándonos todos en ayudarnos y buscar el bien común”, señaló.
El jerarca católico también aseguró que “las confrontaciones inútiles” han hecho de la convivencia social una grotesca competencia.
“Necesitamos personas y grupos que caminen juntos, sin ponerse zancadillas, ni descalificarse unos a otros. No hay que caminar para llegar primero y acaparar privilegios y aplausos, sino para construir entre todos una convivencia nueva basada en la fraternidad, la paz y la justicia”, señaló el jerarca.
Báez se refirió a la división en el marco de las recientes renuncias de líderes juveniles de las organizaciones de la oposición de Nicaragua.