El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, durante su homilía de este siete de diciembre, fecha en la que los nicaragüenses celebran «La Gritería», aseguró que la belleza nos espiritualiza, despierta lo mejor que hay en nosotros y nos cautiva, pero que lamentablemente los acontecimientos históricos que enfrenta nuestro pueblo carecen de belleza.
“Porque ahí donde el pecado rompe el diálogo con Dios y nos aleja del amor, la belleza desaparece. Ahí donde la indiferencia, el egoísmo y la envidia se apoderan del corazón, se destruye la belleza de Dios en nosotros”, dijo Báez.
“El momento histórico que vive nuestro pueblo de Nicaragua, está también privado de belleza. Porque cuando se impone la violencia, la injusticia y la opresión, cuando donde no se respetan los derechos humanos y la libertad de las personas, lo bello de la vida y de la historia se esfuma, dejándonos encerrados en un mundo de fealdad, de tristeza y de muerte”, añadió.
Es necesario volver los ojos a María para recuperar la belleza
Báez también expuso que se debe embellecer la vida y la historia del pueblo con la hermosura del bien y la compasión, la verdad y la justicia. Báez: “No se puede dialogar con quienes siguen violando derechos y libertades”
“Por eso, tenemos que volver los ojos a María, cuya existencia hermosa, luminosa, inspiradora, nos sigue atrayendo a los discípulos de su hijo, que contemplamos en ella la mejor realización del evangelio y el ideal de la vocación de la Iglesia”, dijo Báez
El obispo se refirió que la particularísima gracia concedida a la Virgen, preservada de todo pecado, es un gozoso evangelio.
“También a nosotros el Señor nos quiere libres del mal y del pecado. Nos has soñado “santos e irreprochables ante él por el amor” (Ef 1,4), capaces de irradiar la belleza del amor y la hermosura de la bondad por todas partes. Dios no se cansa de soñarnos así. Que la belleza de María, la Purísima, la Toda hermosa, encienda en nosotros el deseo del bien y el deseo de Dios para que nuestra vida se llene de hermosura”, dijo Báez en su homilía.