Monseñor Silvio Báez, dijo el jueves que los ciudadanos deben estar «despiertos» y dispuestos a denunciar los abusos de los poderosos que cometen contra el pueblo y no ser indiferentes ante violaciones a los derechos humanos.
“Vigilar”, ´estar despierto´, es también vivir atentos a la realidad que nos rodea, siendo conscientes de los graves problemas sociales, económicos y políticos de nuestra sociedad», dijo el obispo Báez durante su homilía en una eucaristía celebrada en la Iglesia Nuestra Señora de El Carmen en Panamá.
Añadió que la vida del exiliado y sus dificultades al vivir fuera del suelo patrio es verdaderamente pesado. “Estar despiertos es escuchar los gemidos de nuestros hermanos que sufren, es ayudar a los pobres que carecen de lo necesario para vivir con dignidad. Estar despiertos, es ser solidarios con los exiliados que sienten con dolor la lejanía de su patria, que no tienen trabajo y que casi siempre viven en la inseguridad», añadió el obispo Auxiliar de la Arquidiócesos de Managua, en la misa a la que asistieron decenas de nicaragüenses que han tenido que huir de la represión y la violencia política.
«Estar despiertos es abrir los ojos para denunciar los abusos de los poderosos que se erigen como dueños de la sociedad, que convierten sus caprichos abusivos en ley y que se imponen sobre el pueblo en modo injusto y despótico», sostuvo monseñor Silvio Báez. Obispo Silvio Báez: “Basta de represión”
El obispo recordó que «hay gente que, en lugar de ayudar y servir para que la vida de los otros sea más digna y mejor, vive, “golpeando a sus compañeros” (Mt 24,49), es decir, calumniando, maltratando, haciendo sufrir, sembrando miedo y aplastando la esperanza», por lo que instó a que todos «debemos “despertar”.
Resistir a la cultura de la muerte
«Hay que practicar la resistencia y la rebeldía frente a esta cultura de muerte» añadió Báez a quien el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo atacan por sus homilías que ilustran la grave crisis de derechos humanos que se vive en Nicaragua.}
«No debemos tolerar que se imponga la injusticia, la mentira y la violencia. No debemos ver como normal el atropello a las personas y el irrespeto a su dignidad. Debemos ser rebeldes frente a estas fuerzas inhumanas y no dejar de creer y esperar que el mundo puede ser distinto y mejor» añadió Báez.
Posterior a la misa los nicaragüenses que asistieron a la misa cantaron «Nicaragua mía» con monseñor Silvio Báez y le pidieron palabras de aliento. «No perdamos la esperanza», respondió el obispo.