El obispo Silvio Báez, auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, dijo este domingo que uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan los pueblos que viven bajo regímenes violadores de derechos humanos y libertades, es acostumbrarse al atropello y verlo como normal.

Al referirse al pasaje de las Sagradas Escrituras donde una mujer que sufría una hemorragia incontenible fue sanada con solo tocar a Jesús, Báez dijo que ella se acercó al maestro en un acto que sobrepasó las reglas y normas de aquellos tiempos, en donde la ley religiosa era la que predominaba frente a la necesidad del ser humanos.

En un solo movimiento, explicó Báez, la mujer se libera de la ley que la discrimina y entra en un camino de cercanía y de confianza hacia Jesús. Aun sabiendo que aquella era una acción prohibida por la ley, Jesús se deja tocar por aquella mujer pues no acepta que alguien sea segregado o excluido en nombre de Dios. Sanando a esta mujer en su cuerpo, Jesús la libera de una esclavitud y de una alienación que no le permiten vivir en plenitud, añadió el obispo Auxiliar.

«La hemorroísa tocó a Jesús en un acto de abierta rebeldía contra una ley religiosa que la oprimía y le negaba su dignidad. Después de sufrir desprecio y vivir en humillante soledad por muchos años, esta mujer decidió un día aprovechar la oportunidad que se le presentaba para liberarse. Abandonó el fatalismo y confío en Jesús. Jesús interpretó su decisión y su valentía como un acto de fe. Acerquémonos a Jesús y ‘toquemos su manto’ con gran confianza en su amor, pero también con gran confianza en nuestra propia dignidad personal de hijos e hijas de Dios», dijo el obispo Silvio Báez.

Nos acostumbrarse a «hemorragias sociales»

El obispo Carmelita dijo que al igual que la mujer, «también hay pueblos que sufren “hemorragias” a causa de tiranías irracionales que los oprimen. Estos pueblos se van desangrando poco a poco, empobreciéndose, perdiendo libertad, dignidad y futuro. Estemos atentos, porque uno de los mayores riesgos es acostumbrarnos a la opresión que desangra a los pueblos».

Las palabras del obispo Báez surgen en un momento en el que en Nicaragua los secuestros políticos y la represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario MUrillo, se ha incrementado de manera tal que lo que ocurre en el país, resuena como noticia en todas partes del mundo. En las últimas semanas, al menos 19 opositores políticos del Gobierno fueron detenidos por la policía, entre ellos cinco candidatos a la presidencia en los comicios del 7 de noviembre.

En sus ultimas comparecencias, el dictador Daniel Ortega ha argumentado que los precandidatos opositores secuestrados e investigados por diversos delitos, son unos delincuentes que van a pagar por los supuestos crímenes. https://cafeconvoz.com/2021/06/24/daniel-ortega-reaparece-justificando-secuestros-y-afirmando-que-quiere-hundir-al-pais/

«Podemos sobresaltarnos cuando salen a luz pública los atropellos a los derechos humanos, pero siempre existe el riesgo de ir aceptando lo que sucede como parte de una triste normalidad. Podemos llegar a pensar, incluso, que no es posible hacer nada. No nos acostumbremos a las “hemorragias” sociales, señaló el obispo Silvio Báez.

«No aceptemos como normal la represión, la violencia y la injusticia. Como la mujer del evangelio de hoy, también los pueblos deben dejar de sangrar, levantarse de su postración y buscar nuevos horizontes de libertad y justicia. Jesús nos asegura que Dios lo quiere y no dejará de darnos esperanza y comunicarnos su fuerza», concluyó.

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