Daniel Ortega mintió. El anciano dictador nicaragüense, nuevamente se enredó. Esta vez pareció más senil que en sus apariciones anteriores, confundiendo fechas y acontecimientos, pero sobre todo enredando datos en una más que evidente búsqueda desesperada por justificar muertes provocadas por todo, cualquier cosa, menos por coronavirus.
Daniel Ortega abrió la escena confundiendo fechas y acontecimientos: «Hoy 21… (18 corrige Rosario Murillo) Hoy 21…», dice Ortega mientras busca algo entre los papeles que tiene en la mano, hasta que silente, casi queriendo que no se escuche «18» le corrige nuevamente Murillo. «Perdón, teníamos aquí éste otro dato…Bueno primero tenemos que hablar del 125 aniversario, del nacimiento de nuestro general Sandino», dijo el dictador, arrancando de manera atropellada su comparecencia, para luego repetir parte de la rancia historia de siempre, sobre el hombre nacido en Niquinohomo.
Más adelante el achaflanado Ortega, dijo que el 21 al que se refería, es al de febrero cuando, según su cabeza, murió Rigoberto López Pérez al «ajusticiar» a Somoza García, cuando en realidad el 21 de febrero es el asesinato de Sandino y el poeta de León, mató al padre de la dinastía el 21 de septiembre.
Y aquí las cifras disparatadas
Luego de esa muestra de efecto de la vejez en su cabeza, el vetusto en el poder, admitió este lunes que en Nicaragua hasta el 15 de mayo habían fallecido 309 personas, supuestamente por neumonía, un disparo enorme en las cifras, tomando en cuenta que hasta hace dos semanas, solo se registraban 86 muertes, por ese mismo padecimiento.
En su monólogo de un poco más de 40 minutos, Daniel Ortega se refirió a los decesos de neumonía asociados al COVID-19, sin especificar cuántos son en detalle.
El dictador se centró en las neumonías “porque vinculadas al coronavirus, hay mucha defunción por neumonía, porque ya la persona (que se murió) estaba propenso, padecía, ya estaba en un estado, porque una neumonía, un H1N1, influencia (es influenza lo correcto), una gripe mal curada puede terminar en neumonía”.
Detalló el cuadro de defunciones por neumonía desde el año 2015 y aseguró que ese año se reportaron 302 defunciones, en 2016 (329), 2017 (289), 2018 (215), 2019 (222) y en el 2020 (309) decesos.
Esos 309 decesos se contabilizan hasta el 15 de éste mes, sin embargo, en el Boletín Epidemiológico de la semana 18, que muestra las cifras registradas por el Minsa hasta el 3 de mayo 2020, es decir, de hace dos semanas, solo se registraban 86 personas fallecidas por ese padecimiento.
Estadísticamente el boletín indica, hasta ese momento, que los registros mínimos eran de una muerte por semana y los máximos de ocho, con un promedio de fallecimientos de cinco por cada siete días.
Con el dato brindado por Daniel Ortega este lunes, el promedio de muertes se elevó hasta 130 por semana y un total de 223 decesos en tan solo 12 días.
Más mentiras y enredos
El dictador dijo en su monólogo que en el año 2016, del 1 de enero al 15 de mayo, un total de 329 personas murieron por neumonía, sin embargo, el Boletín Epidemiológico de la semana 20 del año 2016, indica como fallecidos por esa causa 109 personas.
Del 1 de enero al 15 de mayo de 2017, según Ortega, fallecieron por neumonía 289 personas, pero el Boletín Epidemiológico, de la semana 20 de ese año, revela que solo 82 personas perdieron la vida por ese mal.
En el caso de 2018, el Boletín en la semana 20, refiere que murieron 193 personas por neumonía, pero Daniel Ortega, el lunes afirmó que los decesos sumaron 215.
La semana 20 del 2019, según el Boletín del Minsa, refleja que los decesos que se acumulaban por neumonía eran 140 y Ortega el lunes aseguró que se habían reportado 222.
Todo hace indicar que además de asegurarse de que las mentiras que diría en público fueran las mismas de los Boletines del Minsa, a Ortega le hizo falta el gentío que le acompaña como de costumbre para mover la cabeza en aprobado mientras habla y le “ayuda” a sumar o multiplicar en público, sobre todo “Francisco el matemático”, como llama Rosario Murillo al secretario de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno.
Ortega en su aparición del lunes, estuvo solo con Murillo, el sancionado presidente del Parlamento Gustavo Porras y la que hace de ministra de Salud, Martha Reyes, a la que le cambió el apellido por Ríos. Los dos servidores de Ortega mantuvieron más de un metro de distancia de donde hablaba el dictador.