La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, junto al resto de sistemas despóticos que han destruido la democracia en la región, condenaron los hechos de violencia en Brasil llevados adelante por simpatizantes del ex presidente Jair Bolsonaro, quienes no reconocen a Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de ese país suramericano.

La dictadura de Nicaragua calificó como «intento de golpe» en contra de Lula da Silva en Brasil, tras el asalto al palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema por parte de fanáticos de Bolsonaro.

«El gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua, en representación del pueblo y de las familias nicaragüenses, condenamos enfáticamente el intento de golpe que esta tarde se ha presentado en Brasil contra el gobierno legítimamente recién electo del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva», expresó la vocera del régimen, Rosario Murillo, a través de medios oficialistas.

«Frente a los bochornosos incidentes que han ocurrido en Brasilia, en este día, esta tarde, insólitos para muchos, pero, para quienes hemos sufrido y conocemos y hemos vencido, y seguimos venciendo el golpismo terrorista, son incidentes que desgraciadamente se dan, y son incidentes que nos llaman siempre a estar alertas frente a los enemigos de la democracia y a los enemigos de las victorias de los pueblos», leyó Murillo.

Los hechos violentos de los bolsonaristas

Los manifestantes fanáticos de Bolsonaro, asaltaron edificios de los tres poderes del estado, rompieron ventanas y saquearon la sede de la Corte Suprema. El presidente Lula da Silva, anunció el domingo una intervención federal en la seguridad pública de la capital hasta el 31 de enero.

Lula, que se encontraba el domingo en Araraquara, en el estado de Sao Paulo, dijo que los implicados, a los que calificó de «fascistas y fanáticos», serán identificados y castigados.

Fanáticos del ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se tomaron a la fuerza las instalaciones del Congreso el domingo.

«Creemos que hubo falta de seguridad y quiero decirles que todas las personas que hicieron esto serán encontradas y serán castigadas», dijo. «La democracia exige que la gente respete las instituciones que se crearon para la democracia».

Efectivos policiales del Distrito Federal de Brasilia y del Ejército desalojaron este lunes el campamento de bolsonaristas concentrado frente al cuartel general del Ejército desde el cual se lanzaron los asaltos contra las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo.

El desmantelamiento se produce luego de que el juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, emitiera una orden en la que establecía a los fanáticos de Bolsonaro un plazo de 24 horas para abandonar el lugar.

Partidarios de Bolsonaro asaltan edificios del estado y chocan con la policía en Brasilia • Café con Voz

Los otros «ejemplos de democracia» alzan la voz

Los otros dictadores de América Latina, hicieron alarde de cinismo, al condenar los hechos violentos en Brasil, hablando de ataque a la democracia e irrespeto a la voluntad popular, cuando en sus propios países, por medio de la represión mantienen oprimidos a sus ciudadanos.

«Condenamos enérgicamente los actos violentos y antidemocráticos que ocurren en #Brasil, con el objetivo de generar caos e irrespetar la voluntad popular expresada con la elección del presidente Lula. Expresamos todo nuestro respaldo y solidaridad a Lula y su gobierno», escribió en su cuenta de Twitter, el títere cubano de Raúl Castro en el poder Miguel Díaz-Canel.

Por su lado el tirano venezolano, Nicolás Maduro, dio clases de respeto a los derechos y libertades en su cuenta de Twitter al indicar que «rechazamos de manera categórica la violencia generada por los grupos neofascistas de Bolsonaro que han asaltado las instituciones democráticas del Brasil. Nuestro respaldo a Lula y al pueblo brasileño que seguramente se movilizará en defensa de la Paz y de su presidente».

Asimismo Luis Arce, quien siguiendo los pasos de los dictadores Ortega, Díaz-Canel y Maduro, encierra a sus adversarios políticos, señaló «condenamos enérgicamente el asalto al Congreso, Palacio y Tribunal Supremo de Brasil por parte de grupos antidemocráticos. Los fascistas siempre buscarán tomar por la fuerza lo que no lograron en las urnas. Nuestra solidaridad con el pueblo brasileño y el presidente Lula».