Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, ha iniciado su segundo mandato (2024-2029)tras arrasar con los votos de las elecciones de febrero.
Con una popularidad en ascenso debido a su guerra contra las pandillas, ganó la reelección a pesar de las disposiciones constitucionales que prohíben mandatos consecutivos.
Ceremonia de investidura
El sábado, Bukele de 42 años, juró cumplir las leyes de la nación en una ceremonia en el Congreso, ante la presencia de varios líderes extranjeros.
Entre los asistentes estaban el Rey Felipe VI de España, el presidente de Argentina, Javier Milei, y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas.
La ceremonia se llevó a cabo en la Plaza Capitán General Gerardo Barrios, en el corazón de la capital salvadoreña, con una asistencia destacada de dignatarios de varios países latinoamericanos y europeos.
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Reelección controvertida de Bukele
Bukele, un ex publicista de ascendencia palestina, llegó al poder en 2019 con un 53% de los votos. Desde entonces, ha implementado una serie de políticas que han cambiado significativamente el panorama político de El Salvador.
Su administración ha estado marcada por una dura guerra contra las pandillas, lo que ha incrementado su popularidad.
En 2021, la Corte Suprema de Justicia, con jueces seleccionados por los aliados de Bukele, dictaminó que podía buscar un segundo mandato.
Este fallo permitió que el presidente se presentara a las elecciones de 2024, donde obtuvo un histórico 84,6% de los votos.
Bukele ha fortalecido su control sobre el país. Su partido ganó casi todos los escaños del Congreso, obteniendo 54 de 60.
Recientemente, los diputados aprobaron una reforma que le permitirá hacer cambios constitucionales, lo que podría habilitar la reelección indefinida, según analistas.
Bukele y su Guerra contra las pandillas
Desde marzo de 2022, El Salvador ha estado bajo un estado de excepción, resultando en la detención de alrededor de 80,000 personas sin orden judicial.
Bukele ha defendido estas medidas como necesarias para «sanar» al país del «cáncer» de las pandillas y ha construido una megacárcel para los detenidos.
Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado muertes, torturas y detenciones arbitrarias.
Hasta ahora, cerca de 8,000 personas han sido liberadas, muchas de ellas declaradas inocentes.
Miguel Montenegro, coordinador de la Comisión de Derechos Humanos, ha criticado duramente las políticas de Bukele, afirmando que «el costo de la seguridad la paga la población detenida injustamente».
Sin embargo, Bukele sostiene que su reciente triunfo demuestra el apoyo de los salvadoreños a su régimen de excepción.
¿Democracia en riesgo?
El segundo mandato de Bukele comienza con una concentración de poder sin precedentes. Mientras sus seguidores lo ven como un salvador que ha traído seguridad y estabilidad, sus detractores lo acusan de autoritarismo.
El desarrollo de su nuevo mandato será clave para el futuro democrático de El Salvador, ante los ojos atentos de la comunidad internacional que no pocas veces ha alertado de un grave riesgo de la democracia ante la concentración de poder de Bukele.