El científico Jaime Incer Barquero, quien fungió como asesor para la presidencia de Nicaragua en temas medioambientales, dijo que este país no tiene la capacidad de investigar la luna, cuerpos celestes y espacios ultraterrestres, por lo que aseguró que se trata de una «fantasía o mejor dicho una idea fantástica».
El destacado científico, catedrático nicaragüense y quien se desempeñó en los primeros años de la administración del dictador Daniel Ortega, como asesor de la presidencia para temas medioambientales, aseguró que Nicaragua no tiene la capacidad de incorporarse al estudio de los cuerpos celestes o del espacio ultraterrestre, por lo que dijo no entender la creación de una secretaría específica para ello.
De acuerdo con el régimen sandinista, con la creación de una Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y otros Cuerpos Celestes, que fue aprobada recientemente por medio de Ley, se busca “la defensa de intereses supremos nacionales y la búsqueda de oportunidades que como país deben aspirar”.
Sin embargo, el doctor Jaime Incer manifestó que ni siquiera se ha querido impulsar desde los centros de estudios primarios, secundarios y universitarios, el interés de promover la astronomía.cosas-de-la-munda-ortega-crea-una-secretaria-para-asuntos-del-espacio
“Estoy tan sorprendido de saber para qué queremos una secretaría para asuntos espaciales que incluye la luna, el planeta… porque somos un país donde la ciencia está tan atrasada”, manifestó el científico en la entrevista central de Café Con Voz.
A juicio del experto, el régimen y ninguno de los gobiernos de Nicaragua nunca han estado interesados en impulsar la ciencia y el conocimiento de los satélites y el estudio del universo, pues en 2005 Japón donó planetarios, es decir observatorios acondicionados «teatro estelar», a los países centroamericanos y de todos, Nicaragua fue el único que no dispuso de un lugar para la colocación de ese museo.
“Entiendo que el planetario que iban a enviar a Nicaragua, lo enviaron a otro país de Centroamérica; hasta ahí llega el nivel de desinterés, de falta de visión, de desconocimiento científico esto lo digo a nivel de universidades y de los centros de investigación que no existen para este tipo de cosas”, indicó Incer.
Añadió que es tan incongruente la aprobación de la «secretaría espacial», que a nivel de Estado no existe un observatorio espacial público. «El único y de carácter aficionado es el de la Escuela Pierre y Marie Curie, que en años anteriores sus estudiantes y nosotros descubrimos un asteroide», dijo el doctor Jaime Incer.
Uno de los motivos de esa Ley podría ser el espionaje
Para este científico, Nicaragua no tiene la necesidad de crear la recién aprobada secretaría porque ni con las herramientas científicas para exploración del espacio posee, pero se atrevió a especular que esta entidad podría ser creada para permitir a otro país «amigo de Nicaragua» que tenga satélites que haga labores de espionaje.
“Especulando un poquito, lo más cercano que podemos encontrar como justificación, es que necesitemos estar en contacto con algún satélite espacial… esa es una opción dentro de muchas parecidas, entiendo que hubo un intento de tener una estación para vigilancia de satélites que la donó Rusia, pero no sabemos como funciona, qué está haciendo y qué tipo de información está dando, si realmente existiera un propósito en cuanto a la enseñanza de la ciencia, deberíamos de comenzar de cero, deberíamos de educar en esta ciencia desde la primaria, secundaria, capacitar gente para que vaya y estudie esa ciencia que tiene gran proyección”, manifestó el también químico de profesión.
Para Incer en Nicaragua debería de existir un observatorio especial para el estudio de la Astronomía y un instituto para la divulgación de esa ciencia.
“Si lograremos eso, podríamos decir que algún día vamos a tener científicos de verdad, vamos a hacer observaciones serias, hay que comenzar de cero en vez de estar con ideas fantásticas”, agregó el científico.
Este ambientalista comparó a Nicaragua con Costa Rica y Chile, países donde se ha promovido el interés por la astronomía, de tal manera que en esos países hay observatorios para estudiar los espacios celestes; mientras que en este país no hay interés.