El sociólogo Cirilo Otero, advierte que las tres leyes atentan contra la privacidad, libertades publicas y derechos fundamentales de los nicaragüenses.
Las tres leyes que impulsa la dictadura en Nicaragua, de las que se han aprobado dos en el parlamento controlado por Daniel Ortega y Rosario Murillo (Ley Especial de Ciberdelitos y la Ley de Regulación de los Agentes Extranjeros); conocidas como “Ley Mordaza” y “Ley Putin” respectivamente, son una gran amenaza a toda la población, advirtió el sociólogo Cirilo Otero.
En la entrevista central del programa Café con Voz, Otero dijo que la ciudadanía desconoce el verdadero impacto del combo de leye y eso hace que se muestre despreocupada.
“Ahí es donde debería estar el papel de los movimientos sociales, movimientos y partidos políticos, en explicar el verdadero alcance, porque se nota que son leyes que quieren para golpear a quienes piensen diferente, es decir a la mayoría que son quienes expresan sus rechazos a la dictadura”, añadió el sociólogo.
Ley de Ciberdelitos es más agresiva para la ciudadanía
Por otro lado, Otero manifestó que la recién aprobada Ley de Ciberdelitos, misma que impone cárcel de dos a 10 años para quienes usando plataformas digitales como las redes sociales, sitios web o medios de comunicación, divulguen noticias falsas que provoquen zozobra en la ciudadanía, es una herramienta del dictador Daniel Ortega para controlar la vida privada de los nicaragüenses.
“Esa Ley es mucho mas agresiva e irrisoria, es casi como una Ley de la edad media, es una ley retrograda, porque es invadir el espacio privado de las personas; creo que es un atraso que demuestra el pensamiento de quienes formulan ese tipo de leyes”, dijo el sociólogo.
Otero también manifestó que las leyes que está creando el sandinismo deberían de ser aplicadas para ellos, pues son “los primeros que informan noticias falsas en el país”.
Dictadores crean leyes para negociar
De acuerdo con el investigador social, el dictador Daniel Ortega creo las tres leyes represivas para buscar como negociar con la oposición dividida en el país. El sociólogo aseguró que el régimen ha intentado negociar con otros actores internacionales, sin embargo, la respuesta que ha recibido es que resuelva los problemas a lo interno con la oposición.
“Ortega tiene que encontrar a alguien creíble en este país para negociar; para sacar la protección a su capital y a su estructura, que no haya aplicación de democracia y justicia, eso es lo que busca”, dijo Otero.
Urge cambiar cultura política en Nicaragua
Para Otero, la cultura política en el país debe cambiar; y llamó a los actores políticos de oposición y a los movimientos disidentes, a hacer acciones para educar a la ciudadanía para que se interesen sobre sus derechos y las violaciones que hace el régimen sandinista.
“Nosotros comprendemos cual es el ángulo que tiene cada ley; y las consultas que ellos hacen, pero no estamos en esa cuestión, no solamente hay que culpar a esa dictadura, tenemos que señalar los errores que tenemos como sociedad y como organizaciones políticas que tenemos en este país, para que cambiemos la atemperamaniento que hemos tenido en casi 200 años de independencia”, manifestó.
Oposición dividida, fácil de vencer
En cuanto a la separación entre las facciones opositora que quieren hacer frente al régimen; Otero aseguró que en Nicaragua no existe oposición organizada y que esto crea el camino perfecto para que Ortega siga en el poder.
“No han llenado las expectativas organizativas, no se conectan con la gente, la gente no tiene confianza ni esperanza en lo que hace la Alianza Cívica, ni la Coalición Nacional”, aseguró el sociólogo.
La división de la oposición, según Otero, crea vergüenza a nivel internacional, por no ponerse de acuerdo para pedir a una sola voz que se cumplan las demandas del respeto de los derechos humanos y libertades publicas en el país.
“Por lo menos, para mandar la carta (a la Asamblea General de la OEA), todos nos debimos de poner de acuerdo, yo no creo que la OEA vaya a declararlo de ilegitimo, los gobiernos no lo van a hacer y no están de acuerdo con los golpes de Estado, pero sigo insistiendo que el problema está en nosotros, la comunidad internacional ha hecho lo que ha podido, lo menos que podemos hacer es juntarnos”, agregó el sociólogo.