Experto analiza escenarios que se pueden presentar este próximo 20 y 21 de octubre, cuando la Asamblea General de la OEA, discutirá propuestas que apuntan solo a reformas electorales «profundas» o la posibilidad de declarar ilegítimo al régimen de Ortega.
La próxima Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, a través de un primer proyecto de resolución, podría considerar una posible negociación entre la OEA y el régimen de Daniel Ortega una reforma electoral para abrir el camino al restablecimiento de la democracia de Nicaragua.
El segundo borrador, presentado por organizaciones de la sociedad civil a las diferentes delegaciones del foro, exige que para pensar en elecciones libres, deben retornar las libertades públicas y declarar a Ortega ilegítimo en el ejercicio del poder.
A esa reunión de la OEA que será virtual, asistirá por la delegación de Estados Unidos, el secretario de Estado Mike Pompeo, que dijo el miércoles que «será un buen momento para enfrentar a los regímenes del hemisferio occidental como Cuba, Nicaragua y Venezuela que reprimen a sus pueblos y desafían la Carta Democrática Interamericana”.
¿Cual de las propuestas puede tener más posibilidades?
El doctor Guillermo Belt, abogado que trabajó por casi 40 años en la secretaría General de la OEA, nos dio sus puntos de vista en Café con Voz. Dijo que aunque es «inusual» que un secretario de Estado, participe en una reunión ordeinario de la Asamblea General, habría que ver qué es lo que va a plantear en relación a Nicaragua, sobre todo por las amenaza de «Ley Putin», «Ley Mordaza» y cadena perpetua.
El primer proyecto en la OEA «insta» a Ortega a realizar reformas electorales concensuadas con lasecretraría General de la OEA y que por medio de ellas vuelva la democracia al país. Belt fue claro en que si ese primer borrador, es el que prevalece, poco se habrá logrado.
«Decir que se debe realizar entre el régimen de Nicaragua y la secretaría General de la OEA una reforma profunda y no sé cuantos adjetivos más y que esa será la solución de la crisis que devolverá la democracia a Nicaragua, no es la mejor decisión», dijo el experto.
Dentro de un segundo proyecto de resolución, se podría exigir a la dictadura de Ortega, establecer condiciones mínimas de democracia, como la liberación de los presos políticos de Nicaragua, que permita la libertad de expresión, de lo contrario, si el régimen no acepta; la OEA aplicaría el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, para desconocer a la dictadura sandinista.
Ese segundo borrador que se conoce es el que organizaciones como Nicaragüenses en el Mundo, Iniciativa por el Cambio y el Bloque Democrático, entre varios, han hecho llegar a todas las delegaciones de la OEA, que exigen las condiciones mínimas para que haya elecciones en 2021 y que pasa por en primer lugar por el retorno y respeto de las libertades al país.
«Son cosas que no se exigen porque son derechos en cualquier parte del mundo: Poner en libertad a los presos políticos, que se respeten las libertades de manifestación y de expresión, que si diez individuos se paran en una esquina a gritar lo que se les antoje contra Ortega sin que haya represión, entonces habría que pensar en reformas electorales y en elecciones de verdad».
OEA debe ser «seria y consecuente»
«Si es el segundo borrador el que se aprueba, ahí estaríamos hablando en serio, la OEA estaría haciendo valer sus hermosos enunciados de la Carta Constituviva vigente desde 1948 y que señala claramente las obligaciones de los Estados miembros, entre ellos Nicaragua y por supuesto, que (si se aprueba este borrador) la Carta Democrática», dijo.
De aprobarse ese proyecto, se le tendría que poner un plaza corto perentorio y de no cumplirse, entonces se le tendría que declarar ilegítimo en su totalidad, porque ya a Ortega se le ha dado suficientes oporunidades «con los buenos oficios» de la OEA, es decir ya se agotaron todos los procedimientos antes de proceder a la ilegitimidad, que se podría declarar con 18 de los 34 votos de los miembros.
«No es posible que estemos hablando de elecciones con presos políticos, con paramilitares en las calles, con represión en las calles, sin libertades, eso no es serio, con toda franqueza», indicó Belt.
Es necesario que algún país levante la bandera de los nicaragüenses
Belt dijo que si se empuja con fuerza el segundo borrador, entonces podría lograrse que más países levanten la bandera de Nicaragua y se exija de verdad que se respete no solo el marco juridico de esta nación, sino el interamericano que se supone vela por las libertades de los pueblos.
Al finalizar la entrevista con el exfuncionario de la OEA, manifestó que el cabildeo por parte de la oposición para pedir sanciones y el desconocimiento del régimen sandinista, la oposición debe haberse puesto de acuerdo sobre lo que esperan, porque no hacerlo genera al exterior una falta de unidad en la visión de lo que se quiere como país.
«Ese es un elemento que pesa mucho, porque en la OEA y cualquier organismo se preguntan qué es lo que realmente quieren los nicaragüenses, así que es importante que haya uniformidad, una sola voz», dijo Belt.