femicida

De las dos niñas, una presentaba además signos de violación. Por el crimen fue capturado un hombre identificado como Rosario Soza Centeno, quien fue detenido por la Policía en la comunidad El Tigre, la madrugada del domingo 13 de septiembre.

El asesinato de las dos niñas se registró, según medios locales, en la comunidad Lizawe, Mulukukú, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN).

Según los medios locales, las menores desaparecieron después de haberse ido a bañar con su madre, a unos 400 metros de su hogar, quién se retiró antes para dirigirse a su hogar. Las dos niñas se quedaron «buscando cangrejos».

La madre de las dos niñas, Carmen Rodríguez Dávila, dijo que al notar que sus hijas no habían regresado, horas después de dejarlas en el lugar, se dirigió a buscarlas. Fue al llegar que encontró rastros de sangre que la dirigieron donde se encontraba una de sus hijas, la menor de 10 años, degollada y con signos de violación.

Posteriormente, la mujer dio aviso a las autoridades de la desaparición de su otra hija de 12 años, la niña fue encontrada con al menos 12 machetazos. El hombre capturado y sospechoso del crimen, fue detenido a 12 kilómetros de donde fueron encontradas las niñas.

Redes consternadas

En las redes sociales muchas personas se mostraron consternadas por el crimen en contra de las dos menores.

En su mayoría mujeres, expresaron el miedo que les da a ser una víctima más de este tipo de crímenes.

Violencia extrema contra niñas y mujeres

Fátima Millón, defensora de derechos humanos e activista del Movimiento Feminista de Nicaragua, dijo que este crimen es una muestra de «la violencia extrema, expresada contra mujeres y niñas solo demuestra, una vez más, el flagelo que hace décadas vivimos las mujeres en este país».

Para Millón, este tipos de crímenes es el resultado de que «no hay una aplicación adecuada de las políticas públicas que se han ido construyendo a lo largo de la historia para garantizar la seguridad, la vida y los derechos de las mujeres», además agregó que a esto se suma que «no ha habido una persecución del delito».

Como muestra de su argumentación, la activista detalló que en los «más de 3 mil indultos, donde se han liberado no solo a delincuentes comunes, también hay femicidas y violadores que vuelven a comer delitos contra las mujeres».

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