El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, advirtió en una videoconferencia con el Consejo de Seguridad de la ONU, que “el mundo está al borde de una posible pandemia de hambre» y en la lista de los cinco países más vulnerables a sucumbir ante una hambruna de proporciones bíblicas, incluyó a Venezuela. Los otros cuatro fueron Yemen, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Afganistán.
«Antes de que el coronavirus se convirtiera en un problema, ya el PMA afirmaba que en 2020 se enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial por varias razones», apuntó Beasley. «Ahora, con el covid-19, quiero enfatizar que no solo estamos enfrentando una pandemia, sino también una catástrofe humanitaria global», por lo que el mundo debe «actuar sabiamente y rápido», dijo.
¿Por qué Venezuela?
Según un estudio publicado a finales de febrero 2020, por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, uno de cada tres venezolanos (32.3%) padece inseguridad alimentaria y requiere de ayuda. En tanto que 2.9 millones, que representan el 7.9% de la población se encuentran en condiciones de necesidad alimentaria extrema.
La contracción económica que experimenta el país y que se ha agravado desde que Nicolás Maduro llegó a la presidencia, incluyendo una reducción del 50% en el producto interno bruto, ha tenido consecuencias terribles sobre la alimentación de los venezolanos.
La hiperinflación es galopante y 59% de los hogares en Venezuela, no alcanzan para comprar toda la comida que necesitan. Dos de cada tres hogares.
Y las cosas no terminan ahí, cientos de miles pasan ya dificultades en países vecinos, producto del éxodo que ha llevado a salir del país al 15% de su población.
El coronavirus se extiende por el mundo, dejando una estela de dolor y muerte a su paso, pero hay mucha preocupación porque también traerá efectos colaterales funestos y Venezuela parece estar a la cabeza en la fila de los países más expuestos, en Latinoamérica.