La dictadura de Nicolás Maduro sufrió en Venezuela un nuevo revés con una histórica abstención en la nueva farsa electoral realizada el domingo para renovar 24 gobernaciones, 285 diputados y 520 legisladores regionales.

Pese a las constantes amenazas y hostigamientos -en especial a los empleados públicos-, la gente le volvió a dar la espalda al dictador. Le dijo “no” a su show electoral; uno más en su larga lista desde que llegó al Palacio de Miraflores.

Este domingo, a menos de un año de las elecciones en las que Edmundo González, venció de forma aplastante a Maduro, los venezolanos le volvieron a decir “basta” al dictador pero, a diferencia de aquellos comicios, en estos la estrategia fue el silencio y la no participación, cumpliendo con el llamado de María Corina Machado y González Urrutia.

Maduro sufrió una histórica abstención. “Hoy más del 85% de los venezolanos desobedecimos a este régimen criminal”, anunció la líder venezolana pasadas las 9 de la noche, hora Caracas.

El tirano habla de reformar ley electoral

Más específicamente, la participación fue del 12,56%, según los datos divulgados por el Comando Venezuela. En esa línea se pronunció la firma Meganálisis, que también ubicó la participación en poco más del 12%. El CNE chavista aseguró que la concurrencia fue del 42,63%.

Consciente de este escenario, el dictador este mismo domingo adelantó su intención de reformar el sistema electoral, en lo que representará una nueva arremetida contra la democracia venezolana: “Tengo una idea que le estoy dando vuelta la cabeza, que es perfeccionar el sistema electoral general (…) que se cree el sistema electoral de los circuitos comunales. Que se haga una reingeniería de todo, dónde la gente vota, cómo vota la gente, para actualizar”.

Ni siquiera los datos incomprobables del CNE pudieron tapar el fracaso estrepitoso del chavismo en su farsa electoral. Pasadas las 12 horas de votación, el presidente del ente electoral, Elvis Amoroso, anunciaba una prórroga del proceso “en virtud de la gran afluencia de electores”. Pero lo cierto es que los centros de votación estaban igual que como se los vio durante todo el día: vacíos.

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