Luego de jugar al «muertito» por varios días y visiblemente demacrado, el vetusto tirano Daniel Ortega, reapareció junto a su consorte Rosario Murillo, afirmando que en 2018 Estados Unidos, le ofreció protegerlo si dejaba el poder en medio de las protetas que provocaron la reforma al Seguro Social que impuso dictatorialmente.

Según Ortega la reunión se convocó unos días después del primer diálogo nacional que fue televisado y tuvo lugar en la Casa de los Pueblos, justo en el centro de la vieja Managua. Ahí dijo, les leyeron una carta en el según él, le daban un ultimátum de cuatro días para que ordenara que se desmontara el Consejo Supremo Electoral, la Asamblea Nacional, el Poder Judicial, el Ejército y la guardia sandinista y que abandonaran el poder y el país.

«Yo chaba los puntos y decía: estos señores están totalmente mal de la cabeza, ellos creían que íbamos a hacer todo lo que decían en la carta», aseguró, y dijo que en ese momento comentó discretamente con Rosario Murillo que estaban siendo víctimas de un golpe de Estado.

El cuento de EEUU

Y luego el tirano dijo que le tocó al turno a delegados del gobierno de los EEUU que le ofrecieron protección.

«Y llegaron delegados del gobierno de Estados Unidos, yo los recibía y empezaban ellos: que lo mejor es que usted se retire, y yo le escuchaba al gringo hablando en inglés con su traductor, que él venía en un buen tono, respetuoso, que esto y el otro, pero que consideraban que lo mejor era que ya nos retiráramos del gobierno y que hasta ellos nos podían dar abrigo allá en Estados Unidos y ponernos el avión», dijo el dictador y luego soltó una risa.

Ortega confesió una vez más que engañó a los obispos y a los delegados estadounidenses para tener tiempo de montar la Operación Limpieza. El ataque policial y paramilitar que acabó con decenas de vidas en el país.

«Yo los escuchaba nada más y les asentía así con la cabeza, y después salieron diciendo ellos que ya les había aceptado todo, eso salieron a comentar, y el de la OEA y el otro, era un desfile de toda la mafia internacional y para no pelear los escuchaba nada más y ellos se fueron seguros de que ya estaba aceptado todo y ellos comentaban que ya nos íbamos de viaje y los que iban de viaje eran ellos, porque ya estábamos organizando el despeje de los tranques, y el despeje de los tranques no duró mayor cosa, fue un relampagazo, fue una cuestión de horas», contó.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *