El Ministerio de Salud al servicio de la dictadura sandinista ha cerrado definitivamete nueve centros privados de rehabilitación para adicciones en toda Nicaragua, aduciendo que no cumplen con los requisitos para seguir operando.
Los cierres se realizaron en tres centros en Estelí, dos en Nueva Segovia, tres en Managua y uno en Chontales.
El Minsa de la dictadura acusó a los nueve centros, ubicados en cuatro departamentos, de operar de forma ilegal y de aprovecharse de los pacientes. También denunció que en algunos casos se cometieron abusos, maltratos e incluso actos de tortura.
Aquí los centros clausurados
Hasta ahora, las clausuras incluyen centros como El Alfarero de Ocotal, el Centro de Ayuda Contra las Adicciones, CEPA de San Juan de Limay, Don Divino en La Garnacha y el Centro de Rehabilitación Nueva Vida en Miraflor, Estelí. Además, el Minsa cerró tres centros en Managua y uno en Chontales. Las autoridades advirtieron que la lista podría seguir creciendo.
Según el Minsa, los nueve centros en Nicaragua operaban sin autorización, sin personal calificado ni protocolos adecuados para tratar a los pacientes, incumpliendo los estándares de salud. Además, afirmó que no ofrecían planes terapéuticos efectivos para la recuperación y reintegración de los internos en la sociedad.
En este sentido, tras el cierre anunciado el fin de semana, las autoridades notificaron a los familiares de los internos mediante una llamada telefónica. En esta comunicación, se les informó que debían retirar a los pacientes debido al cierre inmediato de los centros.
El régimen sandinista anunció las clausuras a través de medios oficialistas este lunes, pero no explicó qué ocurrirá con los pacientes afectados ni si serán trasladados a centros avalados oficialmente.