Durante su mensaje de Navidad el Papa Francisco dedicó un momento para orar por Nicaragua, donde la Iglesia católica sufre la mayor escalada represiva desde el años 2018, cuando la dictadura la acusó como cómplice de un supuesto plan golpista.
El Sumo Pontífice en su bendición Urbi et Orbi (a Roma y al mundo) pidió que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas del continente americano, incluidas a las nicaragüenses, a encontrar soluciones basadas en la verdad y la justicia para promover la armonía social.
«Que el niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y justicia para promover la armonía social. En particular pienso en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua.»
Tres veces en diciembre
Fue la tercera vez que en el mes de diciembre que Francisco tuvo a Nicaragua presente al momento de hablar de las situaciones del mundo. La primera vez fue en una carta enviada al pueblo de Nicaragua a inicios de diciembre a propósito de la celebración de la Purísima Concepción, luego en el Angelus del 8 de diciembre y ésta última en su mensaje de Navidad.
El Papa hizo un llamado a la unidad y al entendimiento entre las naciones, subrayando la importancia de trabajar por la paz y la justicia en regiones que atraviesan momentos de tensión y dificultades sociales. Su reflexión también incluyó una especial atención a los pueblos de América Latina, que atraviesan las situaciones más complejas de la actualidad.
El mensaje de Francisco, pronunciado desde la Plaza de San Pedro ante miles de fieles, resalta el compromiso del Papa con la paz y el bienestar de los pueblos de América Latina, incluyendo a Nicaragua, que ha enfrentado años de conflicto interno y tensiones políticas.
El Papa también pidió «que callen las armas en la martirizada Ucrania» y !que se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera».
Y continuó: «Que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de Israel y Palestina, en particular a Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima»